.No puedo mas.

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Todo el camino se la pasó gruñiendo y tratando de ignorar al neko anciano que no dejaba de insinuarsele. Cuando no tocaba su hombro, buscaba oler su cuello o quitarle el gorrito o besarle. Ya le decía lo bien que se veía, lo dulce que era... incluso se atrevió a prometerle ser muy cuidadoso.

-Ya sé que eres virgen pero vamos, así como te veo, Sasuke, estas en tu segundo día...

No le rompió la cara porque la lluvia estaba intensificándose y no quería mojarse mas, como era bien sabido, odiaba la lluvia. Divisó a lo lejos el portal del apartamento donde vivía junto a Karin y el desgraciado de Suigetsu.

Bendito kami~

-Sigue suspirando así y todos notaran tus pecaminosos pensamientos, Sasukito...
-¿Pecaminosos? -le miró de reojo. -¿Desde cuándo odiarte es un pecado?
-Oye... -hizo un puchero que no término por convencer al buen Sasuke. -Me refiero a esas ganas.
-¡¿Todavía con eso?! -se detuvó a medio camino y lo miró con suma molestia.
-¿Me dirás otra vez que prefieres aguantarte? -se burló. -Ya sabes que pasa el tercer día...
-... no me interesa acostarme contigo ni con nadie... -no avanzó solo porque deseaba seguir refugiado de la lluvia.
-Ni con nadie que no sea él ¿verdad?
Las mejillas de Sasuke enrojecieron.
-¿De... de quién hablas?
-De tu amo, por supuesto. -recibió un cachetada por intentar, otra vez, lamer el cuello del menor.
-No me toques. -le advirtió en voz baja y ambos continuaron con el camino. -¡Y no te tengo esos deseos impuros con él!
-Si... -comentó sarcástico. -Por eso no has buscado macho todo este tiempo...
-¡Cállate! No eh buscado macho porque él es mi amo... -le quiso aclarar. -Él me dirá con quién. -estableció y entonces sintió que miles de gotas lo mojaban. -¡¿Qué haces ahí parado?! ¡Cúbreme!

Orochimaru, por su parte, estaba absorto en sus pensamientos, preso del asombro por semejante idea, el paraguas seguía en su mano pero caía hacia un lado por la falta de fuerza para sostenerlo erguido.

-No puede ser...
-¡¿Qué?! -gritó con suma molestia mientras le arrebata el paraguas y se cubría una vez mas.
-Dime que es una broma, Sasuke. -rogó con la mirada fija y su expresión seria.
-...¿qué cosa? -alzó una ceja para evadir su expresión de nerviosismo, aceptaba no ser tan inteligente pero no le gustaba que se burlaran de él.
-Oh... por... ¡Dios! -sus ojos brillaron emocionados mientras sus manos se posaban en las mejillas del neko. -¡Que neko mas lindo! ¡Ay!
-¡Suél... tame! -era difícil luchar con una sola mano y mantener la sombrilla en su sitio adecuado para no mojarse.
-¡Que lindo! ¡Aun no entiendes!
-¡Aun no entiendo ¿qué cosa?! -ese era su punto débil, nadie debía tratarlo como a un niño tonto.
-Nada, nada... -se burló y aprovechándose de la posición le dio un lametazo al cuello del moreno. Madito celo... Sasuke tardó unos segundos en recobrarse antes de arañarlo en la cara como el buen neko que era.
-¡Me largo! ¡Toma tu estúpida sombrilla! -la dejó caer al suelo y terminó el camino así, aguantándose el frío y los nervios por mojarse de esa manera, total, no era la primera vez que sucedía.

-¡Te esperan muchos problemas! ¡Si quieres, yo te puedo aliviar el del celo! -le gritó Orochimaru pero solo recibió por respuesta una señal muy característica de Sasuke. El dedo medio alzado con sorna. -Valió la pena... -se dijo al ver las gotitas de sangre sobre la mano que cubría la herida.

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Abrió la puerta y la azotó con fuerza una vez dentro. Suigestu, el neko de Karin, ni se molestó en mirarlo, él estaba a gusto sobre las piernas de su dueña recibiendo caricias en sus orejas blancas y puntiagudas.

-¿Sasuke?

El nombrado escuchó como ronroneaba de placer el otro neko, gruñó molesto.

-¿Te fue mal en la cita? -lo siguió con la vista. -¡¿Te hizo algo?! ¿te vas a bañar? -solo recibió por respuesta el sonido de su puerta cerrándose. -Mo~ -infló las mejillas medio molesta y preocupada.
-Déjalo, esta en celo. -le aconsejó el de cabellos blancos mientras se acomodaba mejor entre las piernas lisas de la chica.
-¿Tu no te sientes atraído a él?
-Solo durante el celo...
-Ah... -miró otra vez a las escaleras. -¿Y porqué no has intentado nada?
-Si, lo hice una vez pero... no resultó bien.
-¿Te dijo algo?
-Digamos que no pude orinar bien durante la semana de navidad del año pasado. -comentó para ahorrarse la explicación entera.
-Eso explica las gotas de pipi en todos lados.

Viviendo con mi nekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora