Desperté.
Mi respiración era agitada. De nuevo, soñé con lo mismo. Suspiré.
Me incorporé sentándome en la cama, recargué mi espalda en el marco de esta y llevé mi mano a mi frente, estaba sudando. Y la cabeza me dolía. Perfecto.
— Jaejoong. –me llamó alguien a mi lado. Lo miré- levántate ya, tenemos que ir a la escuela. –avisó.
Miré el reloj de la habitación, 7:40. Vaya, ¿tanto dormí? Volví mi vista a Samuel, él esperaba una respuesta con los brazos cruzados. Rodeé los ojos.
— ¿Puedes dejarme un minuto? –le pedí de mala gana. Él arqueó una ceja y después soltó una risa nasal mientras sonreía- ¿qué es tan gracioso? –pregunté levantándome.
— Volviste a soñar con esa chica, ¿no? –preguntó de golpe. Fruncí el ceño y aclaré mi garganta mientras caminaba al baño de la habitación que se encontraba enfrente. Él me siguió y se detuvo a mi lado recargándose en el marco de la puerta- ¿ya averiguaste quién era? –preguntó. Suspiré.
— No. –confesé- y eso me mata, llevo meses con el mismo sueño y aun no sé de qué chica se trata. –miré el lavabo, y me recargué en él- siempre que quiero verla al rostro, el tren parte.
— Tranquilo. –dijo dándome leves palmadas en el hombro- sé que la encontrarás. –lo miré y sonrió.
— Ustedes dos, par de idiotas. –dijo alguien desde las escaleras- déjense de bobadas y vamos a la escuela, se nos hace tarde. –avisó señalando la salida.
— ¿cómo entraste a mi casa? –pregunté arqueando una ceja e incorporándome.
— Vamos, Subaru. –dijo Samuel mientras miraba su reloj de muñeca, fruncí el ceño- es cierto, nos quedan 10 minutos, si no perderemos las clases. –avisó preocupado y corrió a no sé dónde. Rodeé los ojos.
— ¿No piensas alistarte? –preguntó Subaru luego de ver que no me movía. Lo miré.
— No –respondí-, prefiero tomarme la primera clase libre. –sonreí de lado.
— Cómo quieras. –dijo de mala gana mientras daba vuelta y bajaba.
Salí del baño y me acerqué a la ventana que daba con la parte de enfrente de la casa, y miré como Subaru y Samuel subían al auto negro que se encontraba enfrente.
Suspiré.
Tal vez si debía asistir temprano. Comenzamos un año nuevo y debería dejar mi pereza a un lado.
Caminé con actitud a mi armario, tomé una camisa gris, unos jeans negros y un par de botas del mismo color. Después de vestirme me acerqué al espejo y acomodé el cabello que cubría mi frente. Tomé las llaves de mi motocicleta y mi chaqueta.
— Creí que no ibas a alcanzarnos. –dijo Samuel ya en la escuela. Los tres estábamos reunidos en el estacionamiento. Ninguno alcanzó su primera clase.
— ¿Tu madre te obligo? –preguntó con una sonrisa Subaru mientras encendía su cigarro. Samuel soltó una pequeña carcajada. Rodeé los ojos.
— Sólo... pásame el encendedor. –le pedí moviendo mis manos. Subaru lo arrojó y lo tomé en el aire.
Llevé el cigarro a mi boca y lo encendí. Al momento Samuel comenzó a toser. Lo miré.
— Lo siento. –se disculpó- pero saben que no soporto mucho el olor a cigarro. -recordó. Arqueé una ceja y Subaru me miró- creo, que iré a la cafetería por algo de beber. –avisó levantándose.
