Capítulo 1.

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Eleonor estaba caminando por el parque. Estaba pensativa. Tenía que hacer lo que hiciera falta para recuperarle. "Tengo que estar a su altura: ser más guapa. Y para ello necesito dinero." pensaba.
Por lo que, al salir del parque, se recorrió cada tienda en la que le pudieran contratar aunque sea por un sueldo miserable. Ella tenía la ilusión de que, si tenía dinero, sería más atractiva y sus problemas de vestimenta pasarían desapercibidos ya que se compraría ropa que estuviera "de moda".
Mientras salía de un bazar, en el cual le habían rechazado, un hombre se le acercó.
-Oye, bonita, ¿buscas trabajo?
-Sí, estoy desesperada por encontrar uno.- Le contestó ella con un tono cansado.
-Yo podría ofrecerte uno, pero no sé si estarías interesada.
-Seguro que sí, no soy exigente, me adapto.
-Es de señorita de compañías, tan sólo tienes que hacer compañía a hombres que te necesiten, nada más.
- ¿Tan sólo acompañarlos?- Eleonor se sentía interesada pero, a la vez, le daba miedo. No quería prostituir su cuerpo. Quería mantenerse para su chico.
-Sólo eso. Además, por cada "cita" te llevas veinte euros. Y podrías empezar hoy mismo. También te compraría la ropa que lleves a tus encuentros, ¿qué más puedes pedir?
-Bueno, suena bien. ¿Hoy cómo sería?
Eleonor estaba realmente interesada, se lo había pintado tan bien que sería tonta si no lo aceptara. Y, ¿quién se enteraría de lo que ella estaba haciendo? Nadie. Pues siguieron hablando, le compró un vestido rojo y le especificó dónde le recogerían y qué tenía que hacer. Eleonor estaba entusiasmada con su nuevo vestido rojo, sus zapatos, su peinado, su maquillaje... "Si me viera así, seguro que volvería a por mí." pensaba ella mientras se miraba al espejo.
Se hacía la hora y estaba cada vez más nerviosa; "¿qué iba a pasar? ¿cómo tendría que actuar? ¿lo haré bien? ¿el cliente querrá algo más? ¿y si se cree que soy una prostituta?".
Era la hora y tenía que marcharse. Estaba esperando en donde le habían dicho cuando, de repente, aparece un coche. Era un mercedes rojo de los nuevos. Parecía recién salido del concesionario. Del coche se bajo un chico guapo, de unos cuarenta años muy bien llevados. Era apuesto y se notaba que estaba en forma. "¿Cómo alguien como él puede necesitar compañía?".
-Hola, señorita ¿es usted mi cita?- Su voz era grave y a la vez dulce. Era tan varonil...
-Sí, creo... ¿me ha pedido... usted...no?- Decía titubeando Eleonor. Estaba sorprendida. Se pensaba que su cita sería algún viejo que necesitaba contarle sus penas a alguien.
-Súbase y estese tranquila.
La llevó a un hotel de lujo. Era la primera vez que Eleonor veía tanto lujo. No se podía creer lo que estaba viviendo. Él, que se llamaba Richard, llamó al servicio de habitaciones para que le subieran comida y bebida para una cena íntima.
Cuando cenaron y hablaron, Eleonor pensaba que ya había hecho su trabajo; sin embargo, no fue así.
-Pues bueno, ya hemos terminado de conversar y hemos cenado ¿me podría llevar al sitio donde me recogió?
-No, bonita, aun no has empezado a ofrecerme el servicio por el que la he contratado.

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2016 ⏰

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