Emma is a mistery.

Capítulo uno "Desastres"

- Emma Stone - la llamó la secretaria.

- ¿Sí? - respondió la joven pelirroja de ojos verdes.

- Su habitación es la 44B - dijo ella sin levantar la vista de sus papeles - la llave está encima del mostrador. Tiene tres días para establecerse, el lunes empieza las clases.

Emma asintió.

- ¿Ha elegido usted estas asignaturas? - la antipática secretaria le mostró su solicitud de ingreso.

Literatura, matemáticas, inglés, dibujo.

- Sí - dijo Emma secamente.

- Bienvenida a la New York University.

Emma cogió la llave de la habitación y sus bolsas. Se disponía a entrar al ascensor cuando un chico mayor que ella le adelantó empujándola para meterse en él.

- ¡Ten más cuidado, niña! - le gritó él.

Y las puertas del elevador se cerraron antes de que ella pudiera entrar. "Bueno, subiré por las escaleras", pensó ella mientras en su fuero interno maldecía al chico que le había impedido subir en ascensor.

Cuatro pisos y cientos de escaleras después, Emma llegó a la puerta de su nueva habitación. "Por favor, que sea maja, por favor, que tenga cerebro, por favor, por favor, por favor" rogó. Y entró.

Ahogó una exclamación al ver a una pareja dándose un beso en el centro de la habitación. Para ella, que nunca había besado a nadie, ese comportamiento era obsceno y maleducado.

La chica se separó de él y le dirigió una sonrisa.

- ¡Hola! Tú debes de ser Emma. - la aludida asintió - Encantada, yo soy tu compañera de cuarto. Me llamo Melani.

Melani era una chica bonita: rubia, con una figura impresionante y unos maravillosos ojos marrones. Él se quedó mirando a la nueva. Él era el chico del ascensor. Por fin, Emma pudo contemplarlo sin miramientos.

Era moreno y tenía los ojos azules, y una piel increíblemente bronceada. Era muy guapo.

- Esto... debería irme - dijo él.

Sorteó a Emma y ella pudo ver, antes de que saliera, que tenía una serpiente tatuada detrás de la oreja.

- ¿Es tu novio? - no pudo evitar preguntar Emma.

- ¿Qué? ¡Diablos, no! - Melani rió.

- Besar a alguien que no es tu novio es algo muy obsceno - se le escapó a Emma.

Melani frunció el ceño. Vaya, bien. Ella que buscaba una compañera simpática y cuando al fin la tenía, la cagaba diciendo algo que no venía a cuento.

- No eres muy... no sé - refunfuñó Melani.

- Esto... lo siento, es que mis padres me educaron de una manera muy estricta y yo... - tartamudeó Emma intentando arreglar su pequeño desliz.

- Ya veo - dijo Melani mirando a la muchacha que tenía delante.

Tenía el pelo rojo como el fuego, y se notaba que no había usado tintes. Su mirada era observadora, pero tímida, muy acentuada por sus ojos tremendamente verdes. Tenía un rostro bonito, todo cubierto de interminables pecas, y la piel tan blanca que se sonrojaba muy fácilmente. Su cuerpo era agradable, y tenía una estatura muy pequeña. Decididamente, era muy linda. Y entonces se fijó en que algo no cuadraba en ella.

Vestía un vestido muy soso, holgado y de color marrón que, además de sentarle fatal, ocultaba sus curvas. Los zapatos eran bastante feos, negros, y planos. Tenía el pelo recogido en un moño desastroso y unas gafas de pasta negra más bien feas. No llevaba joyas ni maquillaje.

- Chica, estás hecha un desastre - dijo Melani.

Emma, como siempre, se ofendió enseguida.

- Siento no ser una de esas estúpidas barbies con las que sueles juntarte.

- No quería decir eso... simplemente que eres bonita, pero no te sacas partido - dijo Melani.

- Ocúpate de tus asuntos y sigue besando chicos que no son tu novio. Yo desharé mis maletas. La cosa será más sencilla si nos ignoramos mutuamente. Somos diferentes y no podría funcionar - dijo Emma cortante.

Melani se ofendió y salió de la habitación dando un portazo.

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Ey, soy la "escritora". O más bien, un intento de serlo.

Me gustaría que vayáis comentando qué os parece la historia y tal, y qué creéis que podría mejorar.

Millones de gracias, os quiero.

Atte. Marina.