El diario de Aaron y Ash TERMINADA

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Narra Gabriela: 

El dia paso y regrese de trabajar. Estaba cansada, me dolía un poco la cabeza y tenia mucha hambre. Prepare algo de comer y me quede mirando la televisión en el living tirada en el sillon comiendo un poco de helado. Gala estaba sentada a mi lado mirando a la nada, y Felix jugando con su bola de lana en el pasillo. Pocos minutos después me quede completamente dormida. 

-Sh, la vas a despertar 

-Tenemos que despertarla y decirle.. ella es la culpable de que nos persigan

Podia escuchar dos voces que hablaban cerca de mi. Crei que era la tv pero cuando abri los ojos y pude ver con claridad, eran ellos de nuevo. Me asuste y me incorpore enseguida. 

-Tranquila -Dijo Ash

-¿Que quieren ahora? Juro que no dije nada a nadie, no publique, lo juro

-No venimos por eso -Dijo Aaron

-¿Entonces?

-Dracula se entero de todo, y mando a sus sombras a buscarnos 

-¿Y?

-Bufo- Aqui no nos haran anda, es una casa de un humano, tienes mas cruces que animales y eso impedira que nos atrape. -Dijo Aaron

-No quiero estar involucrada en cosas como estas. Se van 

-Por favor, Gabriela, necesitamos tu ayuda -Dijo Ash

-Suspire-

-Te dije que no nos ayudaria, Ash, es igual que todas

-Lo mire- Cierra la puta boca

-Me miro enojado- 

-Los ayudare, pero dormiran en el atico 

-Gracias -Dijo Ash sonriendo-

-Vengan 

Baje del techo una escalera, y subimos los tres al atico. Estaba un poco oscuro asi que les di una pequeña lampara y la puse en el centro de la habitacion. Les explique donde habia algunas sabanas viejas y almohadas por si querian dormir, obviamente me miraron como que no entendian nada. Ellos no duermen. Es logico. 

-Pueden quedarse el tiempo que quieran. Pero si tienen hambre no se coman a mis gatos -Dije y mire a Aaron-

-¿Que?

-Mis gatos son mis mascotas, mis amigos, no se los coman

-Buscaremos nuestra comida nosotros mismos

-Genial 

Baje las escaleras y cuando estaba por llegar a mi habitacion, escuche que alguien bajaba detras de mi. Era Ash, el me quedo mirando y me agradecio por dejarlos quedarse en mi casa. Le sonrei y le dije que no habia problema. El solamente miro al suelo, como si le hubiera dado verguenza, y se fue arriba de nuevo.