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Un dia me encontré por la calle a una familia con un niño pequeño pidiendo dinero. Llevaban un cartel que ponía: Para educación. Pasé de largo mirándoles mal y sobretodo al niño diciéndoles: encuentren un trabajo, idiotas! Hagan como yo! Soy un honorable becario de un empresario importante! Venga! Si querian dinero su madre deberia haber trabajado duro cuando le tocó. Yo era el becario de un empresario y ganaba lo suficiente. Me giré otra vez volviendolos a mirar mal y vi a otro vagabundo compartir su comida con ellos. De vuelta a casa vi que en su vaso tenían un papel de 500 euros. Los volví a mirar mal y me fuí.

20 años después.
Parece que la suerte no está de mi parte. Mi jefe me depidió hace 3 meses por no ser rápido con sus entregas. En el banco ya  no me queda nada. Estoy solo en la calle, delante de una panadería, pidiendo dinero. Me rio de mi mismo. Veo que un par de vagabundos ya bastante mayores se dirigen y decido seguirles, quizá quisieran compartir su comida conmigo como hizo aquel señor hace tanto tiempo. Veo que entran en un restaurante de lujo y me quedo parado en frente, ellos dicen algo, el mesero mira a un joven empresario por lo que parece y él asiente con la cabeza, luego el mesero les deja pasar y yo me cuelo al restaurante con ellos. Llegamos a la mesa y el joven trajeado me mira extrañado:

- Dejémo comer con ustedes porfavor. Solo será hoy. Tengo hambre. - y les muestro el cartel.

- Seño... Es usted ese becario?

- Si! - asiento entusiasmado, sabiendo que al fin podré comer.

- Lo siento. No puedo dejar que se siente.

- Por favor... porque?

- En mi mesa solo comerán los que conmigo pasaron hambre.

Este texto me lo he inventado yo y al final puse la frase de un famoso mafioso.