Capitulo 4

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Al llegar a su casa se dispuso a terminar la tarea que los profesores le habían dejado, pero simplemente no logro concentrarse. Cuando su padre llego le dijo que pusiera la mesa que había comprado pizza para celebrar que había ganado el juicio. Mientras comían, Rebeca finalmente decidió decirle a su padre lo que había pasado en el colegio, pero tenía que encontrar las palabras correctas para poder hacerlo. Cuando eligió las palabras su padre la interrumpe con la pregunta que no quería escuchar:

-¿Cómo te fue en la escuela?

-¿Escuela?... Supongo que bien – respondió rápida y nerviosamente.

-¿alguna amiga nueva?

-Sí, de hecho dos... y uno de los dos es un chico – asintió con una sonrisa victoriosa mientras su papa la miraba con cara sorprendida.

-¿Dos? Bien, eso es más de lo que me esperaba, Beca, buen trabajo. ¿Cómo se llaman? Y ¿Dónde los conociste?

- A Cameron en un árbol y a Annie en el baño. De hecho es divertido porque los dos son...- no pudo terminar la oración por qué un dolor de cabeza y un chillido insoportable la interrumpió, sentía que su padre le hablaba, porque veía sus labios moverse, pero ella no escuchaba ningún sonido salvo el chillido.

De un segundo a otro el ruido paro, pero seguía sin escuchar nada, hasta que un montón de susurros la bombardearon sentía que era la misma voz que en el colegio pero nuevamente no podía entender lo que decía. Se levanto rápidamente de su silla tirándola al suelo, pasó por detrás de su padre y se dirigió corriendo a la cocina, una vez ahí fue al lavaplatos y se mojo la cara muchas veces, tranquilizándose un poco y haciendo que la voz sea entendible

"Están ahí... tienes que correr, esconderte y sobrevivir, por favor"

Instantáneamente la voz desapareció. Cerró la canilla y se deslizo por la mesada de esta con la respiración agitada, miro hacia al frente y se encontró con la mirada preocupada de su padre. Trato de inhalar y exhalar lentamente, pero su respiración no se calmaba.

-Papa, no puedo respirar –dijo provocando que su padre reaccionara y se dirigiera hacia ella, y la agarra en sus brazos.

-Mírame, Beca, solo a mí ¿de acuerdo? Solo a mi – le dijo agarrando su cabeza en sus manos – enfócate en mi voz ¿sí? Estas teniendo un ataque de pánico. Inhala por la nariz y exhala por la boca.

-Pa, no me siento bien – dijo mientras sus parpados se cerraban lentamente.

-¡Rebeca! Despierta, por favor, despierta – lo último que escucho antes de desmallarse fue la voz de su padre y de fondo el ruido de una explosión.

****

Abrió los ojos rápidamente mientras tosía por el humo que la rodeaba, se encontraba sentada apoyando su espalda en una columna. Levanto la mirada y se encontró con su padre sentado al frente suyo con una linterna en la mano, este al verla se levanta rápido y se dirige a ella a abrazarla.

-Beca, por dios, ¿estás bien? – le pregunto con un tono de preocupación.

-Bien, ¿Qué me paso?

-Te desmayaste por cinco horas.

-¿Cinco horas? Eso es un montón- le dio una mirada al lugar donde se encontraban y vio todo cubierto por humo y cenizas - papa, ¿qué está pasando? – pregunto en los brazos de su padre.

-No tengo idea solo sé que hubo una explosión muy grande.

-¿explosión? ¿De qué?

- creo que de bombas... ¿queres algo para tomar?

-No. ¿Dónde estamos? – pregunto mirando nuevamente por toda la habitación con el humo no podía reconocer en que sitio se encontraba.

-En el sótano. Ahora que despertaste tenemos que irnos.

-¿Irnos? ¿A dónde?

-tenemos que ir al centro, seguro muchas personas querrán averiguar qué demonios está pasando – dijo parándose y sacudiéndose las rodillas de su pantalón.

En ese momento Rebeca creyó saber que era lo que estaba pasando.

-Están aquí – dijo en un susurro inaudible.

****

Se encontraban los dos caminando por la carretera principal del pueblo, era la mitad de la noche la luna estaba posicionada en la mitad del cielo oscuro alumbrando todo a su alrededor. El único sonido que se escuchaba era el de sus pisadas.

De repente el piso vibro, fue algo leve pero se sintió algo, fue como si algo se hubiera caído y retumbado

-¿Que fue eso? – pregunto Rebeca preocupadamente.

- No tengo la menor idea, será mejor que aceleremos el paso estamos por llegar.


MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora