Capitulo 3

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Recorrió con sus ojos todo la pared que se encontraba enfrente de ella, desde donde se secaban las manos pasando por el espejo hasta el pote de jabón liquido, tratando de descifrar de donde provenía esa voz pero era inútil, cuando se dio por vencida se quedo mirando el lavamanos donde el agua caía y caía. A la voz era obvio que solo la escuchaba ella, existía la posibilidad de que se está volviendo loca...pero también existe la posibilidad que por las casualidad de las casualidades ella solo pueda escuchar la voz porque tiene una conexión especial..."no, definitivamente estoy loca", pensó mientras se lavaba nuevamente la cara con agua fría. De un momento a otro la voz paro haciendo que haya un silencio profundo.

Una mano en su hombro interrumpió sus pensamientos haciendo que levantara la vista rápidamente y al mismo tiempo diera un pequeño salto por el susto que le dio.

-Perdón no quise asustarte – una chica morocha se encontraba al frente de ella con un sonrisa amistosa– ¿estás bien? – Rebeca asintió nerviosamente – ¿Segura? tenias cara de preocupada y tu respiración estaba acelerada.

- Oh eso, eh, estoy bien no es nada - trago saliva buscando algún tema de conversación que la salvara de tener que hablar de lo que le acaba de pasar - nunca te había visto ¿sos nueva?- ella asintió firmemente – oh entonces bienvenida a la escuela

- Gracias... Annie Johnson – le dijo mientras le tendía la mano y ella la aceptaba nerviosamente.

- Rebeca... ¿Johnson? ¿Hermana de Cameron? – ella solo asintió.

***

- El castigo será todos los viernes de las próximas cuatro semanas, señorita- le dijo el preceptor dándole un papelito chiquito en forma cuadrada de color verde – escaparse de las clase cuando el profesor esta en ella eso es lo más absurdo que he oído- dijo negando muchas veces con la cabeza- Ahora lárguese de mi oficina.

Como no quería que nadie se enterara de lo había pasado en clase de biología o peor que llamasen a su padre – todavía no sabía si decírselo o no –, le dijo al preceptor que había querido saltearse esa clase, una absurda escusa pero eficaz.

Salió con paso veloz y de dirigió a su casillero a buscar el libro de la siguiente clase, no quería llegar tarde y que le dieran otro castigo por ese motivo. Al llegar al salón se encontró con que solo había un asiento libre, el cual estaba al frente de toda la clase lugar en el cual ella no quería estar. Todo el salón estaba sumido en un ruido causado por los alumnos.

-Chicos...- dijo la profesora con una voz dulce tratando que los alumnos se callaran, pero fue un acto fallido - Chicos...- repitió la profesora elevando un poco - pero no suficiente - su voz, como vio que no le hacían caso hizo un movimiento extraño con su cabeza y cuando la volvió a poner en su posición normal, agarro un gran libro de tapado marrón y lo tiro en su escritorio causando que todos los alumnos dieran un salto por el susto, callándose y se pusieran en posición normal – bienvenidos a la clase de tri...- no pudo terminar su oración gracias a que la alarma de incendios se prendió causando que el ruido volviera a la clase – Bueno chicos, seguro es un simulacro, así que quiero que salgan con cuidado y se dirijan a la puerta principal.

Todos los alumnos se levantaron de sus asientos y se marcharon, Rebeca agarro sus cosas y salió del salón con la mirada baja esperando que si sea un simulacro.

Una vez afuera, se sentó en el pasto apoyándose en una pared mientras que veía al resto de los alumnos y profesores salir del edificio. De repente vio a las dos únicas personas que conocía en la escuela, sin contar a los profesores.

-Hola chicos- dijo acercándose a los dos hermanos.

-¡Rebeca! – Dijo la Annie con una sonrisa dándole un abrazo pero rápidamente se separo de ella y miro hacia su hermano – ahora vuelvo voy a llamar a papa para que venga buscarnos.

- Es muy activa- menciono Rebeca mientras veía a la chica salir corriendo rápidamente de donde se encontraban.

-Lo sé...

***

Se encontraba caminando hacia su casa, preguntándose qué hubiera pasado si su mama no hubiera desaparecido, odiaría tanto a esta ciudad como ahora... La verdad esas preguntas no tienen sentido para ella eso había ocurrido y tenía que aceptarlo. Lo único que le importaba era largarse de este maldito lugar e iniciar con su vida de nuevo, la verdad desde ese día no solo ella cambio sino todo su entorno dio un giro rotundo, sobre todo en la escuela las profesoras la trataban con amabilidad y pena, los alumnos la odiaban sin razón alguna incluso los que se hacían llamar sus "amigos" simplemente la ignoraban. La verdad nunca entendió por el cambio tan grande.


MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora