Acumulación.

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Estaba nerviosa y al mismo tiempo ansiosa por formar parte de la mejor preparatoria de la zona. Era una nueva etapa y lo sabia, mi cerebro estaba consciente que enfrentaría nuevos retos. Recordar el paso por la secundaria me provocaba nauseas y vergüenza, y no solo por mi pésimo promedio, también por el comportamiento que maneje durante tres años.
Viví la clásica etapa de rebeldía, donde siempre llevaba la contraria de todos y no me importaba a quien lastimaba en el camino de aumentar mi ego. En el momento me sentía superior, me hacia honor a mi misma por como traba a los chicos que tenían la mala suerte de pasar en ese momento por mi vida. Fui déspota, hipócrita, orgullosa, tal vez fue la pésima compañía que encontré en el trayecto o simplemente trate de ser alguien o algo que no era.
Al estar a poco tiempo de terminar la secundaria, la vida me regreso poco a poco todas las que hice, -llamemoslo "KARMA"-.
Mis " amistades" se fueron alejando dejando a su paso un trago amargo a rabia y coraje, me inventaron tantas cosas que yo misma me sorprendí de lo que la gente me creía capaz, me ilusione con un chico que parecía sencillo algo normal de faldas y termino dejándome por alguien que siempre considere inferior a mi, pero los que siempre estuvieron a mi lado sin importar cuan insoportable era, mis padres. Esto hizo que mi lazo con ellos se compactará mas. Siempre fueron mi gran apoyo y gracias a ellos aprendí a ver mis errores y a querer con toda el alma no volver a cometerlos.
Por eso es que estaba tan ansiosa, me moría de ganas de demostrarle a ellos pero sobretodo a mi, que podía ser diferente.
Acumulé tanto odio hacía mi recién pasado, que resulto como impulsor para mi nuevo comienzo.

Rendirme ... Jamas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora