Hacía un rato las agujas de mi reloj anunciaban la misma hora. Derrocho toda mi confianza en la aguja chica que marca la hora, un poco de esperanza en ese minutero que hace un rato no avanza, ¿podré pensar en el tonto segundero?
Y las vecinas a mi lado hablan entre ellas, creen susurrar acerca del hombre que la joven soltera lleva de la mano, es un nuevo chisme lo que se forma; y aún en mi casa no avanza el tiempo.
Por que el sol sigue girando y el ombligo del mundo no soy yo, por que mi tiempo en mi mente avanza más no lo hace mi reloj.
Hoy entiendo que en la distancia puedo imaginar tú voz, puedo incluso creer recordarla, quiero pensar que no pensarte me aliviará este tonto pesar. Puedo soñar con no soñarte, y seguira en mi reloj siendo hoy.
Ahí afuera el carro que pasa me recuerda que me debo marchar, mi reloj vuelve a su normalidad, era por pensarte que no avanzaba mi tiempo.
Sabes que te espero, como se espera la muerte, la tristeza o la felicidad, te espero; con el mismo ánimo que esperaré mi amanecer, con la misma certeza que espero el fin de mis días.
¡Gracias por todo, dueña de mi insomnio!
