Balas.

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Llueven las balas, cae la ropa, se rompen las mascaras y solo quedamos tu y yo.

Suena la música, es nuestra canción y bailamos, bailamos hasta que nos duelen hasta los pensamientos.

Mis pensamientos, esos que siempre son sobre tus labios, esos con los que has seducido hasta al mismísimo diablo.

Ay cariño, como te subestimas, con esos ojitos negros que encandilan hasta a los ángeles, con esa carita de no haber roto jamás un plato cuando ambos sabemos que te cargaste la vajilla preferida de tu madre. Con esas curvas que forman tu sonrisa, la sonrisa más bonita que he visto nunca.

Siempre has ido rompiendo esquemas y prototipos, los míos los primeros. Como te encantó desconcertarme y sacarme de mi zona de confort, hacerme caos cuando yo siempre había sido orden. Y todo por que tu me preferías así, caótica.

"Estas hecha para mí"  dices. Eso es lo que has hecho de mí, una mujer a tu medida.

Así que, dime campeón, ¿donde te veo esta noche?

PostData: Recuerda que tenemos un polvo pendiente.

30 Pedacitos de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora