Capítulo 3: Nos volveremos a ver?

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Me levanto de la silla.

-Jesucristo nació un veinticinco de Diciembre, en un establo-contesto la pregunta que formuló el maestro.

-Muy bien Kiara. Alguien quiere añadir algo más a su respuesta?-silencio. Sólo silencio. Parece que nadie se atreve a contestar-pues entonces, ya podéis salir. Que tengáis un buen día!

Anna y yo nos despedimos del maestro mientras salimos del aula. Anna es otra amiga mía.

-Anna, me acompañas al baño?

Asiente con la cabeza y nos dirigimos hacia este. Ella se queda afuera con los audífonos puestos. Entro y veo algo escrito en el espejo. Dice así: "este instituto está maldito. Quien entra en él, ya no sale". Me estremezco y me meto en el primer baño limpio que veo. Cuando termino, me lavo las manos y acompaño a Anna a su casa. Después tomo la primera calle a la derecha y voy a recoger a Mimi al insti.

Ya la veo saliendo y viniendo hacia a mi, entusiasmada.

-Kiara!-grita emocionada-he encontrado a mi chico ideal!

-Ah si? Y quien és?-le pregunto burlona.

-Uno de mi clase. Se llama Dave y es guapísimo-se le iluminan los ojos. Me echo a reír y acto seguido ella también-a por cierto, hoy quedamos en tu casa, te pondré bien guapa para esta noche.

-Esta noche?-pregunto algo confusa.

-Sí! Discoteca a las nueve. Me lo dijiste ayer, no te acuerdas?

És verdad. Hoy he quedado para ir a la disco está noche. Me entristece saber que Mimi no puede venir. Seguidamente le afirmo la quedada en mi casa.

-Bien, a las siete estoy allí!-me grita mientras se marcha. Menuda amiga loca que tengo... suelto una risa y me voy a casa.

-Hija mía ayúdame!-miro hacia delante y veo a mi madre haciendo la comida y mi hermano a su lado, llorando.

-Compramelo mamá! Compramelo!-grita Dani llorando.

-Qué quieres que te compre?-le pregunto al mocoso.

-Una nave de Star Wars!-me dice aún llorando. A veces este crio se comporta como uno de tres años.

-Ya te la compro yo...-se pone a dar saltos de alegría-pero con una condición. Si dejas en paz a mamá.-Me promete que no la molestará más y dice que vayamos a la jugueteria.

-Mamá ahora venimos, vamos a la jugueteria.

Dani me toma la mano y salimos en busca de una jugueteria. A lo lejos, me parece ver una. En el cartel pone "jugueteria mi pequeño oso".

-Eso de ahí és una jugueteria?-le pregunto mientras apunto con mi dedo hacia la tienda. Dice que si y cruzamos la carretera.

-Buenos días que desean?-pregunta la encargada de la tienda.

-Estamos buscando una nave de Star Wars, la tienen?

-Me parece que sí. Acompañeme.

La sigo por los pasillos cuando de golpe me choco con algo, o más bien alguien. Levanto la mirada y me encuentro con unos hermosos ojos turquesas.

-Ay! Te encuentras bien?-me pregunta el chico de los casilleros.

-S... si si estoy bien-le sonrío.

-Me alegro de que estés bien!-me devuelve una dulce sonrisa-por cierto... tu no eres la de antes? La de los casilleros?

Si, esa soy yo-sonrío y me quedo embobada mirando sus ojos.

-Ah si una cosa más. Soy nuevo en esa universidad y no conozco a nadie...-dice mientras me mira fijamente.

-Ah ya... es normal, ya te irás acostumbrando. Alzo la mirada hasta encontrarme con una mirada penetrante. Me sonrojo a más no poder.

-Quisiera saber tu nombre-dice algo entusiasmado.

-Me llamo Kiara, y tú?

-Yo me llamo Alan, encantado de conocer a una belleza como tú.

Siento como el calor sube por mis mejillas. Seguro que las tengo muy rojas.

-Eh... igualmente-sonrío.

Nos quedamos charlando hasta que por fin se acerca la empleada y me cobra el juguete.

-Eh... yo... me tengo que ir...-se acerca a mi, a pocos centímetros de distancia.

-Nos volveremos a ver?-dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-Espero que sí-sonrío y me vuelvo a sonrojar al notarlo más cerca de mi.

Se acerca aún más y me besa fugazmente la mejilla. Yo, como una tonta, me pongo como un maldito tomate.

-Bueno... adiós Alan.
-Adiós Kiara.-dice mientras se despide agitando la mano enérgicamente. Salgo de la tienda y corriendo, con una sonrisa de oreja a oreja, voy a casa. Entro por la puerta casi cayendome por la velocidad a la que iba.

-Pero hija, que te ocurre? Por qué tan contenta?-me pregunta mi madre, con los ojos abiertos como platos.

-Nada mamá, me voy a casa de Mimi adiós!-digo de un tirón a la vez que reviso la hora en el reloj-a por cierto, hoy llegaré tarde, he quedado con Anna para ir a la disco.

-Vale hija, pero ten cuidado por favor.

Asiento y salgo a máxima velocidad. Són las ocho.

-No llegaré, no llegaré, no llegaré...-pienso. Aún nos tenemos que vestir y buscar el local. No llegaremos!

Ya en la puerta, pico a la puerta y no me da tiempo ni de saludar. Anna me ha agarrado del brazo y (corriendo, como no) me ha llevado a su cuarto.

-Tu búscate algo en el armario mientras yo me baño vale?-me pregunta, hiperventilando, mientras me lanza prendas de ropa. Asiento y me dirijo hacia al armario. Como somos tan buenas amigas, guardo algo de mi ropa en su armario, para estas ocasiones especiales.

Escojo un vestido de fiesta ceñido, rojo, con escote pronunciado. De largo llega por medio muslo. Me pongo unos tacones negros a juego del bolso. Complemento mis muñecas con unas pulseras doradas y plancho mi largo pelo. Me acerco al espejo para verme bien.

-Perfecta-pienso.

-Oh my good!-oigo a Mimi. Me giro y la veo envuelta con una toalla y mirándome de pies a cabeza, con los ojos abiertos a más no poder-vas guapísima! Un poco zorrilla pero vas genial!

Río negando con la cabeza mientras ella revuelve el armario entero. Suena el móvil.

Anna: Kiara ya estás? Se hará tarde!
Yo: tranquila ya estoy. Ahora iré para allá.
Anna: Date prisa!

Apago el móvil y alzo la mirada para encontrarme con una preciosa Noemí. La miro de pies a cabeza. Que linda puede llegar a ser.

-Qué? Como voy? Contesta!-me pregunta nerviosa, ya que se percató de que la miraba.

-Vas genial pero, por qué vistes así si tu no puedes entrar a la disco?

-A lo mejor encuentro mi príncipe azul de camino, quien sabe...-contesta a mi pregunta picaramente. Esta trama algo...

Nos echamos a reír y vuelvo a mirar el reloj. Las ocho y cuarenta! Que tarde!

-Vamonos ya que es tardísimo! La jalo del brazo y la llevo arrastrando hacia a fuera. Paramos un taxi y le damos la dirección donde tenemos que ir. Le pago, bajamos y, ya en la entrada, veo que Mimi se le acerca a un vigilante de la puerta y le dice algo al oído. Se me acerca riendo.

-Bueno entremos-dice a la vez que me coje del brazo.

-Pero, tu no puedes entrar!

-Sí puedo, ves aquel vigilante de allí?-dice mientras señala al vigilante con el cual antes hablaba-pues és un amigo mío y me deja entrar. Me pongo a dar saltos de alegría y entramos adentro.

Continuará...

El padre de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora