one shot parte 2

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Apenas unos dias habian pasado en la mansion y la relacian amo mayordomo practicamente habia desaparecido, Ciel amaba estar pegado al mayordomo y el mayordomo aunque algo frío demostraba el amor a su manera.

El menor sabia perfectamente que a Sebastián le costaba en demasía expresar sus sentimientos. Ciel apenas un niño tiene una insaciable necesidad de confirmar que es amado, normalmente suele ignorar ese sentimiento pero desde que se entero que el demoníaco ser era capaz de sentir le inquietaba que solo fuera una treta solo para tenerlo tranquilo.

Ciel seguía al mayordomo por toda la mansión observando minuciosamente cada movimiento.
- Bocchan he de decirle que su interés repentino en mi persona me tensa - Sebastián estaba preparando algún postre en la encimera y Ciel se había sentado cercano. En lugar de achantarse gateando sobre la encimera poso su mano sobre el pecho del mayor donde suponía estaba su corazón.
- ¿Que hace? - Ciel noto como a el calmado mayordomo se le aceleraba el corazón con ese simple toque. En un segundo Sebastián estiro del menor y le dio un tierno beso en los labios. - Es usted como un libro abierto - Cogió al menor entre los brazos dejando totalmente el pastel de lado - Usted si sabe como encenderme - Comenzo a caminar dirección al cuarto del menor mientras este trataba de zafarse del agarre.
- Que haces estúpido - Sebastián se echó al menor al hombro y este no paraba de agitarse.
- Normalmente soy un ser civilizado, pero usted es capaz de levantar sentimientos en mi frío corazón - Sebastián abría la puerta de una patada lanzando al menor a la cama y antes de que se diera cuenta Sebastián ya esaba a medio desnudar- Algunos de esos sentimientos podría denominarlo como tiernos, pero los de ahora mismo no son muy tiernos una sonrisa pícara se dibujaba en su rostro.
- Realmente eres un ninfomano - Ciel cogió la corbata del mayor del suelo y comenzó a jugar con ella entre sus dedos .Sebastián se sentó en el centro de la cama con las piernas cruzadas - Vamos a jugar un poco
Sebastián quiso replicar pero Ciel sin prestar atención tapo sus ojos con la corbata y sus manos en la espalda con el lazo que llevaba el menor dejándolo privado de vista y movimientos .
- Que cruel eres y como me excita - la sonrisa lasciva era notoria en ambos y Ciel se sentó apoyando su espalda contra la del mayor quitando también su vestimenta.
- Pienso excitarte sin tocarte - Ciel utilizo la espalda del mayor como apoyo mientras se masturbaba, cada gemido, cada espasmo los sentía el mayor con intensidad al haber sido privado de sus otros sentidos no podía más que oírlo sentirlo y olerlo.
Ciel aumentaba la velocidad de su mano gimiendo con fuerza prácticamente al oído del mayor y este se movía incomodo por la enorme erección que entre sus piernas demandaba atención. Apenas en un momento Ciel se giró vertiendo el perlado fluido sobre la espalda del mayor que para esos momentos ya estaba entre molesto y excitado. Se dejó caer sobre su espalda del mayor lamiendo el cuello asta la oreja mientras este parecía desesperarse aunque en ningún momento se soltó - ¿Que te parece? demonio pervertido
- Me parece que eres inesperadamente dominante y lascivo a un nivel nunca antes visto - Ciel comenzó a hacer círculos con su dedo en el glande del mayor cada vez más rápido haciendo palpitar el miembro con fuerza
- Ahhh que alagadoras palabras de boca de un demonio livinidoso y promiscuo - Mordió el cuello del mayor y seguido se posicionó delante pasando su boca por los pezones del mayor jugando con su lengua en el lugar mientras su mano comenzaba a masturbar lentamente para desespero del demonio que casi enloquecía con la lentitud .
- Ciel quisiera quitarme las ataduras -Casi parecía una súplica, cada músculo del demonio se había tensado estaba claro que quería entrar en acción
- Tendrás que esperar - Dio un empujón dejándolo tumbado y se sentó sobre el ser restregando su trasero sobre el deseoso miembro del mayor que se mordía el labio inferior ansioso.
- Si continúa así no podré contenerme, no soy de hielo - Sebastián rió un poco notando como las manos de Ciel subían asta su cara, le daba un beso tierno e inocente que se volvía salvaje y demandante y finalmente quitaba la venda de los ojos carmesíes del mayor. La imagen sonrojada y erótica del menor que sonreía mientras finalmente se autopenetraba, esa cara de placer fue lo que contemplo el mayor al mismo abrir los ojos.

Ese niño de mascara altanera que realmente es inseguro y un amante excepcional, quizás el demonio jamás llegase a comprender el porque del comportamiento y sentir del menor, quizás jamás entendería el porque despertaba el menor llorando en medio de la noche necesitado de un abrazo. Pero tenia muy claro que ese niño era el ser que quería a su lado, cruel y despiadado como ninguno con los enemigos y más protector con sus amigos de lo que jamás reconocería el joven. Realmente amaba cada contraste de ese problemático ser.

Ciel movía sus caderas a un ritmo frenético apoyando sus níveas manos sobre el torso del mayor que seguía su juego asta que Ciel soltó sus manos. Giro quedando el encima acariciando el rostro del menor con cariño mientras este se masturba.
- Te quiero - Susurraba Ciel casi imperceptible, seguido se corrió contrayendo cada músculo de su cuerpo y poco después Sebastián llenaba su interior con el blanco fluido dejándose caer sobre el menor. Cubriendo el cuerpo del menor con el suyo abrazándose a él.
- Si dijera que lo amo le mentiria porque esta es la primera vez que lo siento y no sabría decirle lo que es - el rostro del menor mostraba desolación encubierta de indiferencia, intentando deshacerse de los brazos del mayor que apretaba más el agarre - Pero le aseguro que me llena de un cálido sentir que quisiera mantener el resto de la éternidad, jamás imagine que en medio de la oscuridad a la que me había acostumbrado pudiese brillar una luz tan brillante como tu, me siento incapaz de vivir sin ti. Siento un gran pesar si pienso que podría perderlo - Sebastián acariciaba el pelo del menor mientras este se relajaba dejandose abrazar y pegando su cara al pecho del mayor.
- Eres estúpido - dio un pequeño beso el el pecho del demonio - Eso el la definición de amor - Sebastián se echó la manta cubriendo los a ambos quedando el menor dormido profundamente en los acogedores brazos del mayor mientras el otro enternecido lo contemplaba dormir.
Sabia que en su demoníaca existencia la vida de ese humano sería un suspiro y que acabaría solo y desgarrado por el amor perdido , pero valía la pena con tal de estar junto a él, de vivir esos preciados momentos junto a él.

Kuroshitsuji : Ese Conde SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora