Capitulo 3

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Capitulo #3

Ya han pasado 10 días y la relación con mi hermanastro va de mal en peor. Pero si en algún momento sentí lastima con Anahí ya no le tengo ni la mas mínima. La nena es una jodienda andante.

El otro día llame a Lucas porque había una ranita en mi bañadera ya que yo les tengo miedo a esos animales y el corriendo atrás de mi por toda la casa con esa cosa en mano. Si no llega a ser porque mi mama entra en ese momento no sé que hubiera pasado. Pero eso no es todo el otro día estoy en la cocina y me pregunta que quería y yo muy serena y amablemente le dije que un baso con agua. El muy serio me indico donde estaba y cuando me la serví y me la voy a tomar escupo instantáneamente. El muy cabron le había echado sal. Pero no basto con eso y antier voy bajando las escaleras y cuando estoy llegando abajo resbalo. Gracias a dios solamente me vire el pie, nada grave. Pero yo sabia que había sido el. Ya que lo que había en el suelo era mantequilla.

Estoy muerta de cansancio voy a mi baño y voy a abrir la puerta cuando de pronto, ¡mierda! Salgo corriendo hacia la habitación de Lucas. No me importa lo que uso, aunque no uso nada malo solo llevo un albornos y las bragas. Pero que carajo él tiene que volver a sacar la rana de ahí.

Pero al llegar a su cuarto toda agitada y con mi melena revuelta empieza a reír a carcajadas.

-¿Fuiste tu verdad? – le pregunto mientras lo señalo.

Sin una pizca de vergüenza asiente y yo doy un manotazo en la puerta y grito:

-Estoy harta, harta de ti, de como me tratas de lo que me haces, te odio.

Pero el muy imbécil se ríe más fuerte. A este me lo cargo. Sin pensarlo cojo de su cómoda un perfume y se lo aviento. ¡Dios le dio! La frente de Lucas empieza a sangrar, el con cuidado se toca la sangre, maldice y se dirige a su baño. ¿Por qué seré tan impulsiva?

-¡Vete de mi puto cuarto! – grita dando un portazo.

De pronto escucho las pilas abrirse y decido quedarme ahí a esperar a que salga para disculparme. Pero, ¿sabrá como curarse? Abro la puerta del baño sin pensarlo y entro.

-Pero, ¿Qué mierda haces aquí? – dice enfurecido.

Ya no grita al menos eso es algo.

-Lo siento, lo siento – digo dándome la vuelta para no verle.

Esta en calzones y tiene un culito redondito – ay Valeria por favor hija compórtate. Lo oigo respirar profundamente.

-¿Qué haces aquí? – pregunta ya mas calmado.

- Solo vine a ver si podía curarte, en verdad no creo que sepas.

-No, en realidad no se, gracias.

¡WOW! Ha dicho gracias, me ha tratado bien. Esto es un milagro. Al no oír ninguna contesta mia dice:

-¿Entonces me vas a curar?

Me volteo pero él no se ha tapado. Pero con todo el autocontrol posible lo cojo de la mano y lo siento en el borde de su jacuzzi. Cojo el botiquín y pausadamente empiezo a curarlo. Diez minutos después he terminado.

-Como nuevo - digo sonriendo un poco.

Él también sonríe, que sonrisa más mona tiene.

-Lo lamento – digo bajando la cabeza.

El me levanta el mentón y me mira a los ojos.

-Discúlpame tú a mí – estoy muda – no debí de hacerte todas esas maldades cuando tu en realidad no me has hecho nada.

Ya puedo morir en paz, el mini-ogro se ha comportado bien conmigo.

-Por cierto déjame ir a sacar a tu enemiga – los dos reímos.

-Gracias – susurro.

Idiota AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora