Twenty-one

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El instituto había ido como siempre. Volvimos a casa  con Erika porque había olvidado unas cosas.

Estábamos en mi habitación, sentadas en la cama, conversando.

Yo observaba sus labios hablar y reír, y entonces no me resistí.

Estábamos sentadas muy juntas, por lo que sólo tuve que mover mi cabeza un par de centímetros y sus labios se pegaron a los míos.

Eran increíblemente suaves. Al principio la besé con timidez, pero al ver que ella no me rechazaba, sino que acompañaba el beso, me animé un poco más. 


Night | LesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora