(Narra Yo)
Sus labios se sentían perfectos, su textura era suave y lisa, su sabor era a fresa acaramelada, sus movimientos eran suaves, sencillos pero fascinantes.. Nos terminamos de besar y lo miré a los ojos, a sus dulces ojos. Perfección quedaba chico frente a él, era tan...
Su sonrisa era la misma de siempre, absolutamente perfecta. Pero al contrario de él, yo no estaba sonriendo, no estaba para nada feliz. Sentí como en un momento, me hubiese olvidado de como respirar. Mi presión bajó, y de un segundo al otro, me desmayé.
(Narra él)
Pude leer en sus ojos su desquilibrio mental y emocional. De un instante al otro, ella se había desmayado, quedando acostada en la banca en la que estábamos. La cubrí con un abrigo y la abracé, aunque me sentí mal por hacerlo cuando ella estaba inconciente. Me desesperé, ¿qué iba a hacer ahora? No podía llamar a una ambulancia, porque seguramente se la llevarían a la carcel por matar a... en fin, no podía hacerlo. Tomé mi bicicleta, la puse recostada sobre mí y la aseguré con las sogas que encontré en la cajuela de la bicicleta, y la llevé a mi casa. Entré por la entrada del fondo, nadie me podía ver llevándola. La llevé hasta mi cuarto y la recosté en mi cama y fui hacia el baño, y me miré al espejo. Detrás de mi ví una figura que pensé que nunca iba a volver a ver más allá de mis sueños. La vi. Me dí la vuelta ella estaba realmente allí. Con la cabeza de lado y ojos blancos, ella estaba allí. No grité, no quería despertar a todo el universo.
-Hola cariño, ¿cómo estás?-dijo, mientras tocaba mi rostro.
Quedé paralizado frente a "ella" ¿cómo podía estar aquí?
-Parece que hubieses visto a un fantasma mi cielo, anda, ¿qué te ocurre?- dijo sonriendo, poniendo la mano en su mentón.
Estiré mi brazo, y le toqué la mano. Para mi sorpresa, pude tomarla como cualquier día normal.
-P-pero t-tú...-tartamudé.
-¿Pero yo qué, mi amor? Estás pálido.-dijo, conservando su tono dulce y su sonrisa.
(Narra Yo)
Me desperté en un lugar en el que nunca había estado. Estaba en un cuarto con paredes color azul marino. Estaba en una cama, recostada. Miré para todos lados y no encontré a nadie, a ningún rostro. La luz se apagó y recordé lo que había pasado, me había desmayado. La puerta empezó a crujir y a abrirse, era prácticamente imposible ver porque no se veía absolutamente nada. Un aura mostraba una forma humana, concluí que era él, o si no, ¿quién sería?
(Narra él)
Lanzé un golpe hacia la nada, pero ella ya no estaba allí. La luz se había cortado y no podía ver absolutamente nada.
-¿¡Por qué no me respondes?!- gritó.
Aunque no la veía, me asusté, tropecé y caí al suelo. Sentí unos pasos que avanzavan por las escaleras, recordé que ella estaba en mi habitación, y corrí hacia ella.
Abrí la puerta y la encontré...
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Él, ella y yo.
RomanceEsta historia la hice hace bastante tiempo. En el caso de que leas esto, por favor, sígueme en mi cuenta actual, @damdann.