¿Están listos para el final? Ajdldñdñ
Sebastián abrió la puerta del hospital con toda brusquedad. Había mucho ruido, las personas hablaban sin parar, se escuchaban los ruidos de ambulancias llegando, hasta algunos sollozos se lograban escuchar, haciendo que la cabeza de Sebastián doliera aún más. Tenía el corazón a toda velocidad y sus manos sudaban, ¿cómo fue qué esto pasó? Caminó rápidamente hacia el mostrador.
—Estoy buscando a Jade Wright, tuvo un accidente y me dijeron que se encontraba aquí —habló desesperado por que le dieran el número de habitación. La chica que se encontraba en el mostrador, con toda lentitud comenzó a buscar el nombre de Jade en la computadora.
Sebastián sentía como su cuerpo temblaba, se moría porque estuviera bien. Inició a mover su mano como gesto de impaciencia, hasta que la chica habló.
—Ah si, ¿tiene algún parentesco con la chica? —preguntó mirándolo fijamente a los ojos. Por un momento a Sebastián le faltó el aire, ¿qué demonios eran ellos? Llevó sus ojos al techo por un segundo, tratando de pensar en una buena mentira.
–Soy su primo —respondió sin titubear, si quería convencer a la chica debía de sonar muy convincente. Ella lo analizó por unos largos segundos, y asintió.
—Bueno, ella está en la habitación numero 252, pero en este momento ya tiene el limite de visitas, así que si gusta esperar unos... —. Al oído de Sebastián solamente llegó el número de la habitación, todo lo que dijo después fue inexistente. Salió corriendo, atravesando la puerta que llevaban a las habitaciones. La chica soltó un grito, pero el lo escuchó apenas así que ni se detuvo.
Iba corriendo con la cabeza arriba para ver el número y no saltárselo.
6...20...40...100...130... Dios esto parecía tan largo...160...200...252
Ni siquiera tuvo tiempo de respirar antes de entrar a la habitación, no quería tardarse mas, lo único que quería era ver a Jade completamente bien, sin ningún daño.
Lo primero que observó en aquella pequeña sala fue a un chico alto, delgado y con el pelo hecho un total desastre frente a la camilla. Era el hermano de Jade, eso comprobaba que la habitación si era la de ella. El chico volteó hacia él y le dedicó una extraña mirada que Sebastián realmente no pudo descifrar. En este momento no pensaba en saber el significado de la mirada, el quería a Jade. Se acercó a la camilla y posó sus manos en los costados de está. Su mirada recorrió a Jade de pies a cabeza, buscando que era lo que se había lastimado. Extrañamente no tenía ningún yeso, como el lo esperaba, eso sí, estaba mas pálida de lo normal.
—Sebastián —habló el chico después de varios segundos. El no volteó, estaba bastante concentrado en Jade. Llevó una de sus manos al cabello de la chica y lo acarició con todo el cuidado que pudo para no despertarla.
Ahí estaba, durmiendo tranquilamente. Algo dentro de Sebastián se alivió.
—Gracias al cielo —susurró demasiado alto como para que el hermano de Jade escuchara. El chico aún tenía esa extraña mirada que le había entregado al inicio. Una sonrisa se formó en los labios de Sebastián—. De verdad, no te imaginas lo asustado que estaba, me había imaginado lo peor, y-yo creí... —se detuvo a si mismo porque sinceramente no quiso continuar. La paz que ver a Jade ahí, respirando, le había otorgado era lo que ocupaba.
La maquina indicando los latidos de su corazón era sencillamente lo mejor que pudo haber visto en ese momento.
—Sebastián yo... —el chico quiso hablar pero el levantó una de sus manos.
—Tranquilo, se lo que vas a decir —el chico alzó una de sus cejas no del todo convencido—. Ya no la haré enojar, lo prometo. Me portaré como el mejor chico del mundo —dijo alegremente mientras mantenía una sonrisa en sus labios.
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Mensajes con mi ex
Short Story❝Espero que ya me hayas eliminado de tu lista de contactos porque yo ya lo hice❞ ❝¿Quién habla?❞ #154 en Historia Corta 28/10/15 #112 en Historia Corta 31/10/15 #102 en Historia Corta 02/11/15 #88 en Historia Corta 04/11/15 #...
