17Llegue a mi hogar.

42 9 1
                                    

Estaba en camino al aeropuerto, revisaba mi celular una y mil veces para ver si no hay rastro de algún mensaje. Nada, definitivamente nadie se acordó de mi, ni de mi viaje...
Una vez bajamos del auto y Luke me ayudó a bajar la valija fuimos directo a la entrada, faltaban diez minutos para mi vuelo, a mi nuevo rumbo, mi llegada a casa..
Luke me toma de la cintura y se para junto a mí,  me abraza y repita una y diez veces más después del largo viaje hasta aquí..

-Te extrañare, vuelve pronto..- nunca vi a mi hermano tan nostálgico. El era de piedra, obvio, las veces que podía.

-Luke, aun no es hora de mi partida y ya me quieres destinar a mi viaje- digo riendo para que cambie su nostalgia por un poco de alegría, no me gustaban las despedidas, eramla peor parte de la vida.

Recuerdos vienen a mi, cuando cumplí trece años y papa vino a casa para unos negocios de la ciudad y fue la última vez que sentí un abrazo de el. Aunque fuese una mierda de persona, me gustaban sus abrazos. Fueron los que nunca sentí. Si, mi mama me abrazaba.. pero no era lo mismo.
No era lo mismo que un padre te hace sentir, como su princesa. A la que sólo la quiere proteger, "y a la que nunca querrá abandonar".
Pero no, no fue así. Se fue, y no lo volví a ver..  no se como Luke se dio cuenta de mis pensamientos, pero me abrazo fuerte.

-¿Sabes que siempre estaré para ti, no?

-Te amo Luke- se escapa un pequeño sollozo por parte mío. Me hacía falta mi hermano, sus consejos, sus abrazos y sus bromas.

-Yo igual Nai..

Escucho a la chica por el megáfono llamando el vuelo 17, el que me correspondía para poder partir.

-Adiós- digo secando mis pequeñas lágrimas.

-Te esperare mocosa..- levanta la mano en forma de despedida y yo volteo para seguir con mi camino a casa..

****

El vuelo es tranquilo, pero hay un pequeño problema, yo odio los vuelos. Me dan náuseas...
Sentía como toda la comida que ingerí hoy se revolvía como un saco de papas dentro de una camioneta. Créanme que no era cómoda esta situación.. Me quería cambiar de asiento para poder ir cerca del baño. Para que no ocurran accidentes inesperados por parte de la reacción de mi cuerpo.

Estaba demasiado cansada, era inaguantable el viaje, era demasiado largo el trayecto que debíamos pasar. Dios, ahora sí que, ¿Matt?

-¿Que haces aquí?

-Vine por ti, no quiero que te vayas sola, y te enamores por el camino de una persona que no sea yo, es un poco egoísta lo sé, pero quiero un nosotros Nahiara, quiero que seas mi novia. Me concederías ese sueño tan anhelado, ¿Linda?- No sé cómo ni porqué, pero ya no estábamos en el avión. El con un ramo de rosas y yo vestida formalmente.

-Claaro que si- respondo con rapidez.

Todo eso desaparece cuando siento un pinchazo en el brazo izquierdo. Era la señora gorda la que me había despertado de.. ¿Un sueño?, esto si ya era literalmente malo, hasta en mis sueños lo tenía. Aparecía en cualquier lugar.

-Señores pasajeros pueden bajar, pero por orden de asiento y con tranquilidad.

Habíamos llegado, y debía ir en taxi a la casa de Car, era emocionante volver a verle a tu amiga después de meses.

Pov Mattew.

-Marica, ¿que te pasa?- pregunta Dani mi compañero de fútbol.

-Nada, solo me pierdo en mis pensamientos.

-Estas enamorado- me petrifico al escuchar eso..

-No, claro que no.- río sarcásticamente- ¿piensas que me enamorare de una niña?

-Lo único que te diré... Ya llegará- no entendí su "ya llegará".

-¿A que te refieres?

-Ya llegará esa niña que no tiene nada que te guste, pero de la nada te sentirás atraído, como Nai. Se nota que esa castaña te puede hasta durmiendo.

-Dices estupideces, ni aunque me guste. No pasará nada.. Ella sabe de quién enamorarse, y no estará con uno como yo.

-¿ves?

-¿Qué?

-Esa castaña te gusta...

-No lo creo, yo no me enamoro..

-Te gusta Matt, sino que tu orgullo impide que luches y admitas que te gusta esa chica.

-Ni por más que me guste, ya te dije no pasara nada..

-¿Por qué?

-Dani, ella viajó. A su hogar, y no se, ni tengo la mínima idea de cuándo volverá.-miro al vacío perdiéndome en mis pensamientos, recordando esas lágrimas que cesaban de ella con frecuencia el día de ayer. Esa primera cita en la que yo por mero gusto la invite a comer algo, esos besos que nos dimos por la atracción de las miradas.

Dani me quita de trance, por última vez.

-¿Ves Matt? Yo digo castaña y ya ni hablas y te pierdes en el más allá del fondo de tu maní.

-Es que, maldita sea, esa ñoña, esa maldita y hermosa castaña se metió por debajo de mi piel sin tener que tocarme un solo pelo. Sin tener que hacerme el amor. ¿Puedes creer que siento añoranza por su viaje, por el simple hecho de no saber cuándo volverá y cuando será la última vez que vea esos ojos en los que me suelo perder?

-Te perdimos Matt..

-Eres un gilipollas- digo bajando la cabeza y poniendo mis manos como cobertura a mi nariz y boca.

-Y ...¿ella sabe lo que sientes?

-Yo jugué con ella- suspiro- con sus sentimientos, con cada y una parte de sus lágrimas, me enorgullecía ver cómo lloraba, soy un puto masoquista por lastimar algo que amo ¿sabes?- lo miro a los ojos- ella se merece algo mejor que esto- me apunto-.

-Tranquilo, la jodiste- que animó por parte de mi amigo ¿no?- pero debes recompensarlo la próxima que la veas, y cambia y se sinceró ante ella. Pero no seas impulsivo... Porque lo dos sabemos cómo terminará eso..

-Ese es el problema, no sé cuándo volverá. No sé cuándo será la última vez que la tenga cerca y pueda contemplar cada una de sus imperfecciones que la hacen perfecta. No lo sé.

DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora