Capítulo 4

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  [Bueno,  much@s me habéis pedido que continúe con esta historia y tenía este capítulo escrito, así que aquí tenéis. Continuaré esta historia, pero puede que la vuelva a hacer desde 0 porque no recuerdo NADA de por donde quería ir XD Dadme vuestra opinión, ¿queréis que siga en esta línea o que la vuelva a comenzar desde un nuevo punto de vista?]
Ambas se dirigieron a la puerta, como cabía de esperar en la tienda ya no quedaba ningún disfraz, ya era tarde. Fueron a una tienda y compraron algunas telas. Volvieron a casa de Shyvana. La dragona nunca había cosido, dentro tenía una máquina que le habían regalado e hilo. Yui se puso en marcha, fue tomando medidas y usando a Shyvana de maniquí directamente. Sabía hacer muchas cosas, cuando era joven no le dejaban salir mucho de su habitación, no sabía por qué, solo iba afuera cuando le acompañaban Shen o Zed. Sería por el peligro de los ataques noxianos. Poco a poco, el traje fue cogiendo forma y Shyvana estaba muy guapa. Al final, se podía ver a la dragona con un vestido negro y rojo que constaba de una falda de tul, una parte superior con sisas que se ataban detrás del cuello y la espalda al aire. Tenía gorro de pico negro y llevaba una escoba. Iba de bruja.
-Perfecto -dijo Yui admirando su obra-
-Si, es precioso, muchísimas gracias
-De nada, si no te importa voy a ponerme yo el mío -dijo cerrando la puerta del baño tras de sí-
-Claro
Al poco rato salió con un vestido negro con una falda pomposa de tul, parte superior palabra de honor gris y con un gran lazo de tul. Un calcetín a rayas blancas y negras que le sobrepasaba la rodilla y otro por debajo, unas medias mangas que le cubría el antebrazo, un pequeño sombrero negro de lado y una telaraña dibujada en la cara.
-¿De qué vas tú?
-¡De hechicera maligna! -dijo haciendo una pose triunfal-
-Vale, ¡casi son las 21:30! He darme prisa.
Ambas salieron por la puerta disparadas hasta enfrente del palacio. Al llegar, buscaron a Jarvan con la mirada, ¿habrían llegado tarde? No tardaron mucho en ver a alguien enmascarado que salía del palacio y se acercaba.
-Bueno, yo ahora te dejo. Puedes encontrarme por la fiesta. -dijo dirigiéndose a la fiesta-
Shyvana se acercó al enmascarado, solo le cubría media cara, pero sabía reconocer a Jarvan. Por si acaso, él se la levantó un momento y se la volvió a poner de forma que solo ella pudiera verle.
-¿Qué te parece? Fantasma de la ópera. ¿Vamos?
-Si, gracias por haber aceptado la invitación a esta cita.
-No es nada, tenía ganas de divertirme y tu eres una de las personas con la que me divierto más. Si no te importa, quedé para ir un momento a ver a Garen y Xin.
-En absoluto, será agradable verles.
-Pues vamos, estás irreconocible con el pelo negro. -dijo tendiéndole el brazo y riéndose-
-Gracias -rió levemente y le tomó del brazo-
Ambos se dirigieron a la fiesta. Rápidamente fueron distinguiendo a gente que conocían poco a poco: Lee Sin disfrazado de fantasma, Sona sin su arpa disfrazada de demonio, y mucha gente más. Llegaron a una fuente que estaba un poco alejada del centro de la ciudad, iban riéndose y ella iba agarrada a su brazo. Cuando llegaron a la fuente se sentaron, pero no quería soltarlo, así que le cogió de la mano. Ninguno de los dos querían soltarse, se notaba que había amor por ambas partes.
-Esta noche está siendo muy divertida.
-Si, me lo paso muy bien contigo Shyvana.
Hubo un gran silencio, no había nadie en esa plaza. La dragona volvió a cogerle del brazo y se abrazó a él. Se quedaron así un largo tiempo. Era un momento mágico, de repente, Jarvan le agarró por el mentón y le dio un beso muy tierno en los labios. Ella le pasó el brazo por detrás de su cabeza y lo prolongó por un tiempo que pareció eterno. Al cabo de un rato se separaron y se rieron, Shyvana se sentó en su regazo ya miraron juntos las estrellas.
Por otro lado de la ciudad, Yui andaba dando tumbos por ahí, estaba desorientada. Había quedado hace rato con sus amigos, pero no sabía dónde estaba. En realidad estaba casi saliendo de la ciudad pasando por delante de un callejón, pero antes de pasar se escondió detrás de una caja,había alguien en el callejón. Se empezó a imaginar que sería un criminal o un monstruo de las tinieblas, se le iba mucho la olla. Se asomó un poco para ver quién podía ser, reconoció enseguida a la persona que estaba allí, era Garen el hermano de Lux. Lux era una de sus amigas, es más, había quedado con ella esta noche. A lo mejor Garen sabía dónde estaba. Iba a salir de detrás de la caja, pero se quedó en su escondrijo al ver que alguien apareció de repente. Era una mujer, eso seguro, se notaba de que se alegraba de verla, le dio un abrazo muy cariñosamente. Prefirió quedarse escondida para no arruinarle el momento, sabía que él era muy orgulloso para admitir que le gustaba alguien. Cuando iba a irse, la mujer habló y la reconoció sin ninguna duda, era Katarina. Estaba segura, pero se fijó un poco más para asegurarse, si que era ella, distinguió su pelo rojo. No se podía creer eso, eran enemigos, pero se alegraba por ellos, se les veía muy felices. Se abrazaban y daban besos, también se contaban cosas que les había pasado y reían. No quería arruinar ese momento, así que se fue despacito sin hacer ruido. Sin querer se tropezó contra una pared y se cayó entre unos cubos de basura. Había hecho mucho ruido y seguro que irían a por ella o habrían huido. Se puso en invisibilidad y se fue dando tumbos contra las paredes. Corrió durante un rato hasta que llegó al centro de la ciudad. Se tropezó otra vez y se volvió a caer en unos cubos. Quitó su invisibilidad y se quitó la basura de encima, tendría que colarse en casa de Shyvana para darse una ducha... De repente alguien le tendió la mano.
-Estabas aquí, hacía tiempo que te buscábamos.
Aunque iba disfrazado reconoció a su amigo Ezreal, cogió su mano y se levantó quitándose la porquería de encima.
-Es que me había perdido... ¿Dónde están tus mapas en esos momentos? -dijo riéndose, a él no le hacía mucha gracia, pero a Yui le daba igual-
Pronto se acercó Lux y se juntaron los tres para pasarlo bien, aunque tenía la cabeza como un bombo.
En el lado desierto, Jarvan y Shyvana contemplaban el cielo estrellado. Ella se abrazaba a él y el príncipe le acariciaba la espalda.
-Siento fastidiar el momento, pero tenemos que ir junto a lo demás -dijo besándole la cabeza con ternura-
-No importa, luego podríamos seguir -dijo sonriente-
-Antes de irnos... Tengo que decirte una cosa
-¿Qué?
-Verás... Me gustaría mantener esto en secreto, no me avergüenza estar contigo, al contrario, me gustaría gritarlo a los cuatro vientos. Pero el deber real me ordena casarme con alguien de gran prestigio... Pero en cuanto pueda buscaré una forma de que estemos juntos. -dijo mirándole a los ojos-
-Sería maravilloso... Pero no creo que sea posible... Sin embargo no me importa que sea en secreto, mientras pueda estar contigo -sonríe y le da un beso-
-Vale, vayamos.
Se levantan y van hacia el centro de la ciudad felices de por fin estar tan cerca y tener una relación que ambos deseaban de verdad.
Yui, Ezreal y Lux habían pasado por varios bares, habían tomado algo, pero Yui se había emocionado por haber salido y estaba bastante borracha. Lux y Ezreal se turnaban para agarrarla y vigilar de que no se fuera a ninguna parte no montara ningún numerito. Ya eran las 6 de la mañana, era tarde y todo el mundo se había ido a casa. Lux había tenido que llevar a su hermano porque se había pasado un poco con lo que bebió y había dejado a Ezreal colgado con Yui que estaba dando vueltas como si fuera un avión, así que no le quedó más remedio que llevarla con el a su casa. Entró en su piso y la sentó en el sofá, pero no tardó en levantarse y correr por el apartamento. Ya había estado otras veces cuando iba a buscarlo para ir a algún lado o porque habían quedado con Lux. Se rindió y se puso a preparar café, cuando lo tuvo hecho se puso a buscarla para darle una taza, estaba haciendo la croqueta en el salón. La cogió y la sentó, le dio la taza pero no quería. Yui le pasó los brazos por detrás del cuello y se puso a reír.
-Wiiiiii!! Que rulen mas copassssss!!!!
El se la intentaba quitar de encima, la desenganchó y la sentó en el sofá.
-¡Duerme te ya! Mañana tu hermano vendrá a buscarte.
-Vaaaalee. ¡Pero quiero aprovechar que estoy así para hacer una cosa que siempre quise!
Le agarró la cara y le dio un beso largo, él se sorprendió y se quedó quieto. Cuando acabó, se echó en el sofá y se quedó a dormir rápido. El explorador se quedó mirándola un rato, no entendía si eso había sido culpa del alcohol o si era de verdad, mañana lo hablarían. Se limitó sonreír, echarle una manta e irse a dormir, pero no sin darle un beso en la frente.  

La llama del valorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora