Leila y yo caminábamos a la par hacia la escuela; para nuestra suerte, aún era temprano y no nos preocupaba caminar lento, de cualquier forma llegaríamos a tiempo a clases.
̶ ¿Tu sueles ir siempre tan temprano a la escuela? Es que no recuerdo haberte visto antes en el autobús ̶ le pregunté, no recordaba haberla visto antes.
̶ La verdad es que... Es mi primer día de clases en ésta escuela y no quería llegar tarde, quizás por eso no me habías visto antes ̶ me dijo con su singular sonrisa, pero... sus respuestas eran algo extrañas, pareciera que pudiera leerme la mente o algo así.
̶ A veces siento como si...
̶ ¿Como si te estuviera leyendo la mente? ̶ me interrumpió a secas.
̶ ¡Esto es tan raro! ̶ le respondí tras unos segundos de procesar lo que acababa de ocurrir, pero inmediatamente después, ambos comenzamos a reír, como si todo hubiera sido una broma.
̶ Lo que pasa es que soy buena poniéndome en el lugar de las personas, entendiéndolas, cosas así y tu particularmente pareces bastante sencillo de predecir ̶ me dijo ella en un tono algo serio, aclarando un poco mis dudas.
Después de eso hablamos un poco de la música que nos gusta, de nuestros pasatiempos y aficiones; me impresionó encontrar una chica tan diferente a mí, tan distinta al resto de las chicas que conozco de por aquí. Así se nos fue el tiempo y cuando menos lo pensé, ya estábamos dentro de la escuela.
̶ Oye, olvidé preguntarte algo ̶ dije al darme cuenta que ya estábamos por entrar a clases.
̶ ¿Mi número de teléfono? ̶ respondió en tono de broma.
̶ ¿Qué? Ja ja No... digo... ¿si? Emmm... ̶ me ciclé por completo, me puso en duda por un momento, por qué realmente si quería saber su número, aunque no me animaba a pedírselo, no tan pronto, pero... ¿Qué era lo que iba a preguntar?
̶ ¡Es broma tontín! Vaya Jajaja es tan fácil aflojarte los tornillos, te alteras muy fácil... ¿Querías saber en qué clase estoy? ̶ me preguntó. Eso era justo lo que le iba a preguntarle.
̶ Emmm... si ̶ le dije en el tono más calmado posible para tratar de no quedar como un tonto delante de ella.
̶ Estoy en la clase 3-2 ¿En qué clase estás tú? ̶ dijo mientras revisaba la hora en su celular.
̶ Yo estoy en la clase 3-4... ̶ respondí algo decepcionado.
̶ Oh vaya... de verdad es una lástima, me hubiera encantado compartir clase contigo ¡Eres muy divertido! ̶ me dijo muy sonriente; de verdad, algo tenía esa sonrisa, de repente se me hacía muy familiar.
Después de eso hablamos un poco más, cerca de tres minutos y tuvimos que ir a nuestras respectivas clases, ya no era tan temprano, se nos fue el tiempo volando. Pero justo tras separarnos, no pude dejar de pensar en ella y por alguna razón todo esto, toda lo sentía como... como si ya lo hubiera vivido alguna vez.
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El tiempo es...
RomanceNicolás, un joven cuya vida está en una etapa un tanto complicada, conoce a una chica que poco a poco irá cambiando su vida, pero... ¿Serán cambios positivos o acaso ella...?