parte #4

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Voz de Agustín: – Aquí está la grabadora. – Agustín, ¿qué estás haciendo aquí? – Será mejor que se vayan. – Sólo después de ver la casa.

Regresan al campamento y Agustín está durmiendo. Despiertan a su amigo para contar lo que sucedió, y él les dice el sueño que tuvo. – Era extraño, un espíritu se me acercó y me dijo que lo mejor era salir de la ciudad ahora. – Agustín – dice Sandra – Sé que quieres salir de la ciudad, pero no es necesario inventar estas cosas. Nosotros no nos asustamos tan fácilmente. ¡No importa lo que digas, no vamos a salir de aquí hasta el séptimo día! – ¡Pero en serio, soñé con un espíritu y me dijo que sucederían cosas malas si no salimos de la ciudad pronto! – Agustín, detente – dijo Tomas. – Una cosa más… – Dijo Sandra – si tienes miedo, ¿por qué entraste en la casa? – No entré en la casa. ¡Estuve aquí todo el tiempo! Mira, estoy tratando de arreglar el ordenador. – ¡Pero he oído tu voz! – ¡Sí, a mí me regresaste la grabadora! – Lo siento, pero yo no fui.

Apagan la cámara y en seguida vuelven a grabar. Sandra le dice a la cámara que, revisando las imágenes, no había nadie en la casa, pero se puede escuchar la voz de Agustín en la filmación y en la grabación de Tomas. – ¡Imposible! – dice Tomas – Yo vi una silueta que parecía Agustín y me dio la grabadora. Si no era él, entonces ¿quién era? – ¡No lo sé! – contestó Agustín – pero esto es una razón más para que no deje la camioneta.

Al decir esto, vuelve al auto. La cámara se apaga.
La cámara se enciende de nuevo cuando van a dormir, y la dejan filmando desde el trípode. El fuego sigue ardiendo, y esta vez, se ve claramente una sombra que pasa por el fuego y, poco después, la fogata se apaga.

Continua

La ciudad malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora