Primavera

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-¡Marian!- llamo Anabeth ya que así se llama la sirvienta de los Ravenscroft, según cuenta Marian, no conoce a sus padres, la cuido su abuela y cuando falleció tuvo que buscar trabajo y alojo aquí, en el palacio de una de las familias más prestigiosas de Noruega - ¡Marian!- volvió a llamar- ¡Necesito ayuda por favor!

-¿Que sucede señorita Anabeth? -llego a su habitación como si le hubiera pasado algo horrible.

-¡Oh! perdona si te asuste, solo quería que me ayudaras a vestir -le respondio

Mary entro con una cara de alivio y le ayudo a ponerse un sencillo vestido color azul cielo, para ella muy elegante e innecesario pero una princesa siempre debe lucir refinada, bueno eso es lo que le dice siempre su madre

– ¡Listo! –Dijo al terminar- Quedo hermosa señorita, ahora si me permite, tengo que ayudar en la cocina

-Gracias Mary, puedes retirarte

Mary respondió cerrando la puerta tras de si

Termino de ajustarse el peinado y  se encamino hacia el comedor, bastante largo por lo mismo de que es el corredor principal y da a muchas habitaciones, el comedor estaba vacío como de costumbre y en lo que llegaba la cena se puso a leer un libro, comió con varias velas a su alrededor y al terminar la comida uno de los guardias entro corriendo

-¡Señorita Anabeth es algo urgente!

-¿Que sucede? -pregunto ansiosa

-Hay varios obreros, vendedores y campesinos fuera del palacio queriendo derribar la puerta principal

-Pero, ¿por qué?

-Lo estamos averiguando, señorita, les avisamos a sus padres de lo sucedido y ya están por regresar de su viaje, mientras intentaremos mantener la calma afuera -dijo con suma rapidez y agitado, enseguida se fue corriendo hacia la entrada

Se quedó un momento de pie en silencio analizando lo que le decían, jamás había ocurrido algo de tal magnitud, sin que sus padres estuvieran ahi para solucionarlo, así que subió las escaleras principales y se dirigió hacia una gran ventana que estaba cerca para observar hacia afuera, hacia la gran multitud enardecida que estaba a las afueras del palacio, de pronto vio a otro guardia dirigirse hacia entrada y lo llamo para hablar con él

-Por favor lléveme a fuera para poder hablar con ellos

-No por supuesto que no señorita Anabeth, tenemos órdenes de no dejarla salir

-Bueno al menos dígales que por favor guarden la calma, mañana temprano mis padres volverán y arreglaran todo

-Eso precisamente está intentando mi compañero, fui a traer refuerzos por si surge algún problema –detrás de él habían más de diez hombres

-Muy bien gracias por la información de todos modos

El guardia se fue tan rápido como pudo con los otros diez guardias pisándole los talones, Anabeth en lo mientras fue a ver por la ventana lo que pasaba, hasta que todos se retiraron a sus casas y los guardias volvieron adentro con espadas colgando de sus cinturones, cuando todo ceso regreso al comedor para contarle a Mary todo lo que había pasado, sus padres volverían de su viaje y tendría tantas cosas que hacer de un día para otro, mientras tanto era hora de ir a dormir, fue a su habitación con pasos lentos y cuando hubo llegado quito las cobijas un momento, se tendió sobre el colchón e intento dormir, pues mañana iba a ser un día largo.

...

Al día siguiente despertó lo más temprano que pudo para poder arreglar todo para la llegada de sus padres, principalmente el comedor para el recibimiento.

InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora