(capitulo Dos) Deja - Vu

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De camino a la casa del Tío Ben me di cuenta que alguien más se dirigía a la misma dirección que nosotros, efectivamente, un auto color negro con vidrios ahumados  impedían ver a las personas que iban dentro del carro, de un momento a otro, el vidrio ahumado de la ventana trasera se bajo Hasta la mitad, y observé un rostro muy familiar,un rostro que por alguna razón se me hacía familiar  ¿donde abré visto esa cara antes?, comenzé a recordar a los chicos del colegio donde estudiaba,pero no, ese personaje no estudiaba en el mismo colegio que yo, pero bueno, viaje continúa, y queda un largo camino por recorrer

Estando en la casa del Tío Ben, el primo Angel nos recibió en la puerta.

-Tía lourent¿ Cómo estás? - le dijo, dándole un fuerte abrazo y beso en la  mejilla -¿dónde está mi primo Xian? - preguntando por mi, y yo  saliendo del auto de mamá y a viva voz grité - tío Ben he llegado- saludando amablemente a mi primo, y este frunció el seño al verme, y yo como todo un niño peleón, puse una mala cara dejando ver el color blanco de mis ojos - me da gusto saber que estas aquí - me lo decía sólo, para fastidiarme - ojalá pudiera decir yo lo mismo- le dije con una sonrisa maliciosa en mi rostro - creo que pasare bien estas últimas semanas- me dijo con un tono malicioso-

De repente escuche la voz ronca como la de un locutor radial del Tío Ben diciendo - niños, entre ya, por que al parecer la lluvia caerá pronto- dijo mirando las nubes negras, que significaba que estas, estaban llenas de agua, y en cualquier momento, caería un chaparrón.
- Genial, lo que  faltaba- dije pensando en voz alta -Xian, hijo- dijo tío Ben - yo mismo me encargaré que tus vacaciones sean las más divertidas que hayas tenido- con un tono en su voz que proyectaba mucha confianza, la cual me hacía sentir un poco mejor.

En la mañana siguiente me levanté muy temprano por la mañana, cepille mis dientes y bajé a ver si había algo de comer, sorpresa la mía, al ver un banquete ya servido en la mesa, pues había olvidado que el bosque mi tío se levantaban muy pero muy temprano por la mañana, a dejar todo listo para el día de trabajo, pues la verdad nunca supe en que trabajaba, pero lo que si sabía es que el no iría a su trabajo por pasar el tiempo con nosotros, y sin duda alguna, a Ángel le gustaba ya que pasaría el tiempo junto a su padre.

-Xian, hijo ¿como estas hoy?- me dijo contento al verme - el desayuno está listo- me dijo - Si, me doy cuenta- le dije con una enorme sonrisa dibujada en mi rostro- sólo tomare juego y comeré  unas tostadas- le dije - quiero ir al lago un rato- le comente donde iría - está bien- me dijo -¿quieres que alguien te acompañe? - me preguntó -no, tranquilo, estaré bien-.

De camino al lago, recordé el rostro del niño que iba en el auto, detrás de esos vidrios ahumados que ocultaban a las personas, y de repente el suelo se puso blando y suave, y el color gris de la tierra se volvió tan verde, cual nunca jamas se había puesto antes, el pasto en ese  lugar era tan hermoso, que parecía las de las historias de cuentos , y al fin, llegué a la orillas del hermoso lago que quedaba en medio del bosque, me senté, y al parecer había tenido un Deja-vu(la sensación que experimenta una persona al pensar que ya ha vivido con anterioridad), y de pronto escuche un ruido al otro lado de la laguna, y de la nada salió una mano blanca, muy pequeña, y siguió avanzando, hasta poder ver al dueño de la mano, ¿quién era ese niño?, pues el mismo que ocultaba el auto negro con sus vidrios ahumados, y de pronto recordé donde lo había visto antes, pues es el mismo niño que soñé cuando me quedé dormido en mi mecedora cerca de la ventana, de pronto se comenzó a acercar hacia mi, cruzando el lago, entonces ya sabía lo que iba a pasar.  

  - Hola- me dijo - me llamo Damian- pués ya lo sabía y extendió su mano hacia mi 

-Xian- le dije y estiré mi mano para estrecharla junto a la suya, y por alguna razón ya sabía que tenía trece años.

- Tengo trece años- me dijo - si lo se - le contesté 

-¿como lo sabes?- me preguntó

-será por que tienes el rostro de un niño de trece años- le respondí, pues no metí, en realidad ya había calculado su edad antes, solo esperaba el grito de mamá llamar por mi nombre para que pase lo mismo que mi sueño, pero no fue así.

y es así como conocí a mi mejor amigo, al que es como mi hermano, pues lo vi venir, desde mis sueños.



Desde mi sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora