Desde mi sueños

Un lugar desconocido

unos meses después de clases en la Universidad de Harvard, unos amigos y yo organizamos un paseo, nos íbamos a dirigiamos a un pequeño pueblo apartado de la ciudad, lugar que parece no estar en el mapa, pero el chico de piel morena, cabello muy rizado llamado Jhon Sabía perfectamente su ubicación, pero para llegar allí teníamos que hacer tres paradas en pueblos distintos.

llegando la noche, llegamos al primer pueblo llamado Forks, una de las primeras paradas del viaje, llegamos con tiempo de sobra, nos hospedamos en el Hotel Cielo azul.

Nos acercamos al mostrador, y estaba en el, una mujer mayor, parecía algo contenta, vestía como si ya se iba a dormir, se podia ver su ropa interior de color blanca con un doble delantal frente y  por su espalda, con una tela casi transparente muy marcado al cuerpo.

-¿cuántas habitaciones van a pedir?- preguntó la señora coqueteando a John

-Sólo una- le dijo John con picardía

-Esta bien, la última del segundo piso- le señaló el camino

Al parecer, John ya había estado allí con anterioridad.

nos acompañó a nuestra habitación un hombre, también de la misma edad quizás un poco mayor a ella, el llevaba pues un pantalones largos a rayas, unas pantuflas café y una camisa blanca

-esta es su habitación- dijo el hombre.

entramos nuestras maletas y descansamos hasta el otro día.

6:00 am... sonó la alarma que había dejado para continuar con nuestro viaje.

-hacia Donde se dirige- preguntó la mujer, acompañada del hombre que resultó ser su hermano mayor

-no dirigimos hacia el pueblo abandonado- dijo John con gran entusiasmo

el hombre y la mujer se miraron algo sorprendidos, y la mujer preguntó

-¿es necesario que los jóvenes vallan a aquel lugar-?

se la veía algo preocupada, pero a John parecía no importarle.

- Si- respondió John - Queremos pasar unos días allá en las vacaciones-

nos subimos al auto negro, en el que veníamos haciendo el viaje, pensé en que destinos habrán tomado los otros chicos, la verdad no tenía idea de nada de ellos, pero bueno, era momento de disfrutar el viaje.

después de unas horas John reviso el mapa para ver exactamente donde nos encontrábamos y que lejos estaba la segunda parada, no estacionamos, preguntamos a una humilde mujer que venía acercandose:

-Disculpe buena mujer, me podría decir un hotel para pasar la noche sólo por hoy, es que bo amigo y yo nos dirigimos al  pueblo abandonado-

la mujer se asusto al escuchar el nombre del "pueblo abandonado", pasó sus dedos en forma de Cruz sobre su rostro,  mirandonos con algo de lástima, dijo:

-doblando la esquina queda un hotel muy acogedor-   y se despidió de una forma muy rara, haciéndonos una cruz, como dándonos la bendición.

estando ya hospedado en el hotel que nos recomendó aquella mujer, John mencionó que la señora del primer hotel le había dado un crucifijo, para que lo cuidara de todo lo malo, y el me lo obsequió, porque al parecer, John no creía en cosas religiosa.

- Sabes, no creo que esas cosas nos cuiden, nosotros somos responsable de la decisiones que tomamos y por ende viene las consecuencias, si decidimos bien, nos irá bien, cada quien se cuida a su manera-    dijo John afirmando la teoría de que tal ves era ateo.

me sentía algo inquieto al ver las reacciones de las personas, había varias personas en el hotel, al parecer, el rumor que nos dirigiamos al pueblo abandonado se había esparcido, no podía entender el idioma de algunos, pero sus mirada al verme, eran de preocupación, lástima, no sabía exactamente que había en aquel pueblo, así que fui por la respuesta.

-John, disculpa- dije algo incómodo - me gustaría saber que hay en el pueblo abandonado-

-¿por que lo preguntas?- volteo a verme con rostro sorprendido

-me inquieta la reacción de las personas, cada ves que mencionamos hacia donde nos dirigimos, se espantan,  y eso me asusta un poco-

- amigo, no te podré decir con exactitud que hay allí, pero dicen que algo malo ronda ese pueblo, pero como ya te dije, no creo en esas cosas, es sólo una vieja historia-

-¿no crees que la historia pueda ser cierta?- le pregunté

-no- respondió con mucha seguridad
-amigo, no se en lo que tu creas, pero lo que si se, es que sólo es una vieja historia, para atraer a turistas y a personas que les gustan lo paranormal, pero nunca encuentran nada-

al escuchar hablar a John de esa manera me tranquilizó un poco,  pero había algo que no dejaba de pensar en la expresiones de la gente cuando nos miraba, me puse el Rosario que le habían regalado a John, y descanse.