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-¡Ahhh!

-Eso... gime como la puta que eres... ¡Ah!

-¡P-para! ¡Ahhh!- Las uñas de Kyungsoo se aferraron fuertemente a la espalda desnuda de Kai, mientras el mayor lo embestía de una manera dolorosa, pero al mismo tiempo placentera para el sirviente.

-Vamos cariño...- Los gemidos de ambos eran tan fuertes que llenaban completamente esa gran habitación.

Kai ya había perdido la cuenta, ¿Cuántos orgasmos había tenido desde que comenzó esta deliciosa sesión de sexo con su pequeño e indefenso sirviente?

Unas cuantas embestidas más y Kai termino corriéndose dentro de Kyungsoo. Pero el menor no había llegado al orgasmo.

El de piel canela salió del contrario y se dirigió al baño.

-Es mejor que te des una ducha.

Kyung asintió rápidamente agarrando su uniforme de "pingüino" y la nueva ropa que le había dado su "AMO".

Este salió corriendo desnudo de la habitación hasta llegar a la propia.

Cuando estuvo allí, cerró la puerta con seguro detrás de sí y se dirigió a darse una ducha fría, pues seguía teniendo una erección bastante notoria.

-¿Qué acabo de hacer?

"*"

Al cabo de unas horas, aproximadamente unas cuatro... el pequeño aun no salía de su habitación, no sabía cómo iba a darle la cara a su "amo". Se sentía avergonzado, sucio... pero más le molestaba admitir que le había gustado la manera en la que ese hombre lo había tratado.

-Que masoquista soy...- Se dijo para sí mismo.

Se miró en el espejo de cuerpo completo que tenía en esa espaciosa pieza, y se acomodó su traje de "pingüino". Miró hacia su cama y allí vio la remera, junto a ese pantalón que JongIn le había dado.

Dudo por un momento en si debía ponérselo, pero finalmente decidió en que no lo haría.

-Bien... en algún momento tengo que bajar.- Se aproximó hacia la puerta de su habitación y cuando expulso todo rastro de aire dentro de sus pulmones, giró el picaporte.- Bien, no fue tan difícil.

Mientras iba bajando las escaleras, pudo escuchar el sonido de los cubiertos dentro de la cocina. Alarmado, bajo rápidamente creyendo que su amo se había puesto a limpiar, cuando era él quien tenía que hacer eso.

Cuando estuvo dentro de la cocina, su corazón se paralizó, no porque JongIn haya estado comiendo y ensuciando todo, si no por la mirada penetrante y brillante que le dedicaba aquel hombre de piel bronceada.

-Y-yo...

-Ya era hora de que bajases.- JongIn se acercó hacia el lavavajillas y puso allí el plato sucio.- ¿Qué haces con ese estúpido traje?

Kyungsoo se tensó completamente.

-Ve a cambiarte.- JongIn le dedico una mirada fría.- Ahora.

¿Qué le pasaba ahora? ¿A qué se debe ese cambio de actitud?

-P-pero... n-no sería apropiado, señor Kim.- El pobre sirviente comenzó a mover sus manos de manera inquieta.

-¡Deja de decirme señor Kim!- JongIn pegó el grito en el cielo, asustando al más pequeño.

-P-perdón... yo no lo volveré a...- No termino de decir la frase, cuando ya era arrastrado por su amo hasta el piso superior de la casa.

-¿Dónde está la ropa que te di?- Su tono de vos era fuerte.

-E-en mi habitación...

El moreno arrastro al otro hasta donde le había dicho que se encontraba la ropa, para luego abrir de manera brusca la puerta de esa habitación y empujar sin mucha delicadeza al muchacho.

-Quítate esa ropa.- La voz del alto le daba escalofríos a Kyungsoo.

-¿Q-que?

-¿Acaso eres tonto?- Este no resistió mas y se acercó peligrosamente hacia el muchacho y comenzó a quitarle las telas que cubrían su blanquecino cuerpo. Primero con ese tan apretado chaleco negro, luego la camisa... y así hasta que no tuvo prenda alguna sobre él.

-M-mi ropa interior...- Kyungsoo estaba sentado sobre la cama intentando taparse, el pobre chico sentía que la vergüenza lo mataría. Pues mejor así, de esa manera no tendría que vivir esta mierda.

-Ven aquí.- Lo tomó de la muñeca con mucha fuerza, logrando que Kyungsoo soltara una mueca de dolor.- ¿Por qué eres tan precioso?- El mayor presiono su cuerpo con el del sirviente, respirando muy cerca del cuello del contrario, dijo.- Me pone tanto esa carita de miedo que tienes...- Para luego morder el lóbulo de la oreja del chico.

-K-Kai, no...

El moreno gruñó en respuesta.- Me encanta que me llames así.- Lo agarró de su cintura, presionando sus dedos sobre la delicada piel.- Kyungsoo...

-Kai...

El alto se alejó, dirigiéndose hacia la puerta. Y antes de marcharse completamente dijo:

-Vístete.- Y se fue.



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Jejetl osea no se, pero me encanta escribir esta novela leeeeel

ando publicando como conejo(? okno



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