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-Aaaah...

Suspire por decimoséptima vez contada. Después de un viaje al quinto pino con el motivo de la realización de una entrevista a la persona indicada, debido a que su apretada agenda le permitía realizar una escasa entrevista, pero no desplazarse al otro quinto pino para realizarla, me vi obligado a regresar  con los resultados, que se encontraban ahora dentro del ordenador que se encontraba en el asiento de al lado, haciendo el papel de un copiloto, aunque algo callado para mi gusto. Aún me quedaba un largo camino que conducir por delante, y la radio, cuya tarea era amenizar el camino, empezaba a fallar en su labor, por lo que terminé por desconectarla. Mis únicos métodos de distracción ahora mismo eran el murmullo del motor del coche y aquel paisaje veraniego.

Como el monótono y continuo rumor del motor ayudaba a que mis párpados pesasen más de lo que ya lo hacían, me limité a centrarme en el paisaje, teniendo cuidado de no dejar de prestar atención en el asfalto. Observé como la vegetación delimitaba el contorno de la calzada a seguir, sin embargo, mirar solo eso me producía aburrimiento, así que enfoqué mi vista en la lejanía, intentando ver más allá, inspeccionando cada detalle que me pudiese revelar algo nuevo entre toda esa espesura verde. Busqué por bastante tiempo, dándome por rendido, consiguiendo únicamente encontrar como algo "raro" otro árbol, pero no un árbol cualquiera, sino uno mucho más grande y grueso que los demás, el cual fui capaz de observar por décimas de segundo, antes de dejarlo atrás con el resto del paisaje.

A pesar de que tenía ganas, no suspiré, pues también me había cansado de eso. Permanecí mirando fijamente la ventana a pesar de darme por rendido, pues aún tenía la esperanza de que la búsqueda diese sus frutos, cosa que logró cuando de repente desaparecieron los árboles, revelando el resto del paisaje, en el que el deslumbrante sol reinaba, lo que me llevó a colocar mi mano delante de mi cara para tapar aquellos deslumbrantes rayos que me impedían ver para conducir bien.

Poco a poco, mis ojos se fueron acostumbrando a la luz del sol, que a pesar de estar ocultándose, era bastante intensa. Aparté cuidadosamente la mano, revelando poco a poco aquella cosa "rara" que tanto estaba esperando. Situado en una montaña algo lejana, delante, pero a mi derecha, se encontraba una enorme edificación que poseía dos altas torres en su fachada principal, las cuales indicaban donde se situaba aquel lugar.

Por lo que aparentaba desde lejos, era un edificio bastante grande, completamente rodeado por un aura de misterio, lo que me producía curiosidad, una mezcla de alegría y miedo. Me gustó la idea de tratar de averiguar lo que fuese que hubiese allí, sin embargo... ¿Me llevaría una decepción al ver que no era nada al fin y al cabo? ¿O me arrepentiría de haber entrado allí? Ya había dado por supuesto la idea de que iba a entrar allí, lo que demostré tomando un desvío en dirección a aquella colina.

Me distraje en aquel camino a la montaña, intentando averiguar que clase de sitio era aquel. Miré a la izquierda, en busca de algún cartel indicativo: nada. Miré a la derecha. ¡A la derecha! El portátil con la entrevista. Se me había olvidado. Afortunadamente, encontré un "descansillo" un poco después de comenzase a escalar la pendiente, donde estacioné el vehículo para realizar aquello que tenía pendiente.

Para ello, utilicé la conexión WiFi de aquel edificio, al parecer, bastante potente como para llegar al lugar donde me encontraba, a pesar de estar bastante alejado. Y por si fuera poco, ni si quiera se habían molestado en colocar una clave de acceso. ¿Qué narices era aquel lugar? Ese insignificante detalle me producía más ganas de averiguarlo. Encendí el ordenador y rápidamente tecleé, para enviarle a mi compañero, el redactor aquellas preguntas, para que él las editase a su gusto. Además, me tomé la molestia de avisarle de mi tardanza prometiéndole una gran exclusiva, refiriéndome a aquel edificio, el cual miré tras redactar mi e-mail.  Misteriosa construcción abandonada, allá voy. 

Renaudé mi subida por aquella pendiente, lo más rápido que me permitía el destartalado jeep que me permitía desplazarme hasta mi destino, hasta que por fin logré alcanzar mi objetivo. Al fin me encontraba ante el edificio de las torres, que era muchísimo más grande de lo que aparentaba en la lejanía. Paré el coche, pues había una verja que me impedía seguir avanzando.  A mi lado había un puesto de control, pero un vistazo por la ventana me bastó para llegar a la conclusión de que no había nadie: La oportunidad perfecta para colarme. Después de comprobar que llevaba todo lo necesario (Un cuaderno de notas, una cámara para grabar y la conciencia tranquila), me vi preparado y listo para bajar del vehículo y acceder a aquel puesto de control para abrir aquella valla, percatándome de que mis pasos eran seguidos por una cámara de seguridad que allí se encontraba. Mierda, aquella había sido mi primera metedura de pata, pues después de eso, seguramente se habrán dado cuenta de mi presencia en su propiedad.Le quité importancia a eso, pues estaba seguro de que una visita no les sería mal agradecida, puesto que un gran edificio solitario en una montaña no suele recibir muchas visitas. 

Entré al puesto de control y accedí al sistema a través del ordenador, toqueteando todas las teclas para hallar la manera  de abrir la verja, acción que conseguí realizar tras  pulsar Enter. "Chico listo" me apremié, dirigiéndome al interior de los terrenos de aquel lugar. Me bastó con dar unos pasos, para percatarme de que tipo de en tipo de sitio estaba a punto de entrar. 

"HOSPITAL PSIQUIÁTRICO DE MOUNT MASSIVE"

1945.






Outlast Stories: Mike.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora