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Desde niño tengo la fascinación de conocer otros lugares, salir de mi aburrido y pequeño pueblo. Se convirtió en mi sueño, el visitar otros lugares, de conocer otras personas. Un sueño que comparto con mucha gente, aunque a decir verdad, si fuera así tendría más amigos. No es que fuera alguien antipático o amargado, sólo que no me agrada mucho la gente, apenas y soportó a Eli

Pero bueno, estoy condenado a pasar el corto resto de mi vida en la inmensidad de mis pensamientos, soñar, una larga lista de música y mi pequeña habitación.

Hola, tierra llamando a Oliver- dice Eli tras despertarme de unos de mis pensamientos.

Siempre alerta- le digo imitando a un personaje de una caricatura.

Ambos reímos.

¿El gracioso no vino verdad?- me dice mirándome con fingida seriedad.

Rodó los ojos y la agarró del cuello entre mi brazo mientras froto mi puño en su cabeza.

Ya dejame- chilla.

No lo hare- le digo melodioso mientras rió.

Le hago el famoso "cerillito" por un rato hasta que me muerde el brazo.

Auch- le digo fingiendo dolor- no puedes lastimar a un enfermo.

Pues ya lo hice- me dice con honor.

Ya me tengo- le digo mientras bajo las escaleras de nuestro escondite.

Hace un pequeño puchero.

Nos vemos mañana- me dice y me abraza.

Eso espero- le digo y suelto una risa.

No juegues con eso- me dice en un puchero, aunque tiene razón, con eso no se juega.

Ok- le respondo y entró a mi casa.

¿Como esta Eli?- me pregunta mi madre desde la cocina.

Bien- le digo y me siento en la silla esperando la cena.

Que bueno- me dice y sirve un plato de cereal con leche- ¿tu como estas?- dice y se sienta en una silla al lado de la mía.

Bien- le digo, a menos de que este bien el echó de dejar a todas las personas que amas sufrir.

Y ¿Como fue tú día?- me pregunta.

¿Podemos dejar en interrogatorio para otro día?- le digo y llevó una cucharada del cereal a mi boca.

Ok- me dice sonriente.

Aja, ¿como te fue a tí?- le digo con una sonrisa irónica.

Bien, hubo tantas cosas que hacer, asaltar un banco, matar monjas en un convento, lo usual- me contesta y ambos reimos.

Somos muy unidos, desde que papa murió, ahora me odio por el echó de estar a punto dejarla sola.

Mamá trabaja de enfermera en un centro de salud, eso es bueno y malo.

Bueno del lado que te cuida todo el tiempo, como si fueras un niño pequeño.

Lo malo es que, no soy un niño pequeño. Eso y el echó de saber que tarde o temprano me verá morir al igual que los miles de pacientes que ella ve, con la diferencia de que ese paciente es su propio hijo.

¿Y la escuela?- me pregunta con naturalidad.

Mamá, recuerdas que ya no voy a la escuela- le digo y no evitó reír, es el sueño de todo niño, aunque tenga su punto de quiebre, el aburrirse.

Cierto- me responde con cierta incomodidad.

Esta bien- le digo y me dedicó a terminar con mi cereal.

La decisión de salir de la escuela no fue completamente mía, yo no veía sentido estudiar unos meses para morir después, antes de si quiera terminar los estudios, mi madre por su parte, quiere pasar la mayor cantidad de tiempo conmigo, yo no la culpó, si eso le pasará a mi hijo haría lo mismo, los directores de la escuela, pensaban que estaba mal hacer que un chico enfermo de gravedad estudiara en vano, aunque la verdad, creó que era el echó de que tenían miedo de que muriera en medio de la clase. Eso si que sería gracioso, me imaginó a la gente gritando y diciendo "esta muerto", "dios mío", " no puede ser", entre otras cosas.

Término el cereal y lo llevó con los platos y me dispongo a lavarlos.

¿Que hora es?- le pregunto a mi madre.

Las 9:30- me responde.

Hora del prgrama- le digo y me voy corriendo a la sala, prendó el televisor y pongo el canal.

El programa trata de un viajero que se dedica a ver lugares del mundo, conociendo gente y cosas de ese lugar. Desde que soy un niño lo veo, es como ver mi propio sueño reflejado en ese programa.

Esta vez esta en Denver- le digo a mi madre.

Genial, que tengas buena noche Oliver- me dice y me besa la mejilla.

Igual tú- le respondo y le beso la mejilla.

Sube las escaleras y entra a su cuarto.

Descansa- le grito desde el sofá.

Ok- me dice.

Regreso mi vista al televisor y el canal transcurre como siempre, manteniendo la magia, la ilusión y la emoción de conocer el lugar.

Así pasa un día mío, otro más que da paso a mi fecha de espera.

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He regresado niños

Vivir, Morir Y... ¿Escapar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora