1.La vergüenza

48 6 0
                                    

Iba caminando a clase de historia y de repente siento un dolor inmenso en mi estomago. Lo ignoré y seguí mi camino.

Llegando tropecé con el filo de la entrada y caí de boca al suelo provocando que mis libros se calleran al igual que mis anteojos. Aveces los uso para ver televisión y para leer pero los usé porque quise verme más inteligente.

—¡Mierda! — Dije aún en el suelo.

Los que estaban presentes en el salón empezaron a burlarse de mí. No les preste importancia a sus burlas ya que se a vuelto una costumbre.

Me levanté y me dirigí a mi asiento.

Llegó  la profesora Cooper y me asusté  al ver su rapidéz para entrar al salón.

No sé por que, pero a esta profesora nunca le caí bien y debido a eso siempre me ponía nerviosa ante su presencia. La mirada de ella era tan perturbadora, que mí nerviosismo ante esa bruja loca era notable a muchos kilómetros a distancia.

—Señorita Tomlinson —Anuncio y así de repente me dió un mini-infarto. Dirigí mi mirada hacia sus ojos y ella me fulminó con la mirada. Eso significa que estaba lista para preguntarme algo.

-—Dígame señorita, ¿De qué hablamos la clase pasada? —Típica pregunta que siempre me hace y no sé responder. Y no es porque no preste atención, porque si lo hago; es porque prácticamente me cago cuando ella me pregunta algo, y aún así sepa la respuesta de la pregunta no sé cómo demonios responder.

—Ha-a hablamos de la revolución, digo, e-e cuando alguien. Ya sabe...eso —Me quede muda ¡Maldita sea!

—Ya decía yo que sigue siendo la misma burra que veo desde primero de secundaria. ¿Es qué nunca vas a cambiar burra estúpida? —Mis compañeros empezaron a reírse de mí y claro, la maldita profesora Cooper, también. No sé porqué ella me odia, pero mis ojos empezaron a llenarse de agua .... Ignore mis sentimientos, como todos lo hacen.

Salí de clases y solo.... Quería perderme y no volver jamás.

Había dejado de llorar entonces, solo estaba un poco mariada y con dolor de barriga. Salí de instituto, empecé a caminar por las escaleras, ya saben... Como en las películas. Vi a una chica muy bien parecida. Ya la había visto antes, ella estaba integrada en el grupo de los populares. Se llamaba Jade.

El dolor de mi estomago siguió hasta el punto en donde ya no podía caminar más. Me pare en la mitad de las escaleras y justo Jade estaba al bajar las escaleras.

Sentí un revoltijo en mi estomago y si, si iba a vomitar.Vomite y toda esa combinación de comida, y callo sobre Jade.

—¿Qué mierda te pasa, maldita mocosa? —Dijo acercándose a mí.

—De verdad lo siento, no era mi intención llenar...

—Perfecto señorita, no quiere hablar en mi clase y ahora viene y le escupe la porquería de comida que usted ingiere —Sentí como mi cabeza empezó a dar vueltas.

—Emmmm, si yó no.

—Ya sabía que no ibas a poder defenderte burra inútil —No voy a soportar que me haga la vida añicos.

—Profesora Cooper, yo no le tengo miedo; por ende no voy a dejar que usted vaya por ahí ofendiendo a quien le venga en gana y sí, te pido disculpas Jade, de verdad me siento muy apenada por mí y por usted por ser una maldita perra que le hace la vida imposible a quien usted le salga de los huevos. Con permiso —Bajé las escaleras me fuí caminando a mi casa.

Llegué a mi casa muy eufórica sabiendo que yo siempre le he tenido pavor a esa profesora nunca me hubiese imaginado que la enfrentaría.

Entre a mi alcoba para cambiarme, a nadie le gusta el vómito sobre su ropa.Iba a empezar quitándome los zapatos pero no quise y me destiné a dormir.

*******

Ya pasadas las horas recordé que mañana tenía examen de Historia y me desperté de golpe.

Unos minutos después, ví que mi hermano entra sin invitación a mi habitación, no le preste importancia y seguí con mis deberes. De pronto se abalanza sobre mí y pone en su rostro una sonrisa perturbadora.

—Bájate Louis, déjame tranquila —Hizo caso omiso a mi comentario y empezó a besar mi cuello. De un momento a otro ya no eran besos sino mordidas, chupones y lamidas.

Empecé a llorar porque sabia lo que me iba hacer.

Me tenía atrapada. No podía safarme por mas esfuerzo que hiciera, no podía era demasiado fuerte.

—Te lo ruego Louis, bajaté y déjame tranquila por favor —las lágrimas qué brotaban de mis ojos eran provocadas por lo que me iba a pasar, algo qué nunca olvidaré.

Trate de golpear su entre pierna para poder safarme de él.Fue nulo mi intentó, cuando intenté hacerlo se dio cuenta y presionó su pierna sobre la mía haciendo que esta me doliera mucho mucho y que yo lanzara un fuerte gemido al aire.

—Oye Emma deberías tener en cuenta qué yo he hecho muchas veces esto por lo tanto se lo que van hacer las chicas como tu en estas en estos momentos, te quedo claro? —Asentí aún con lágrimas en los ojos.

—¿Te pregunte si te quedo claro? —gritó.

–Si, quedo claro.

»No tengas miedo emma en algún momento iba a pasar~me dije a mi misma«

Mantente fuerte y no te dejes engañar por el amor ¡NUNCA!

****
Habían pasado 3 horas desde aquello que me hizo Louis.

Lo odié  por haberme hecho tal cosa, pero me odié más a mi por ser tan inutil en la vida.

Bajé  para la sala para...hablar con mi mamá.

—Mamá —Me miró  con la cara un tanto molesta.

—¿Qué quieres? —Bajé la cabeza y solté unas cuantas lágrimas al recordar aquel horrible momento que pasé.

—Te iba a decir que... —En eso llego Louis y me abrazo por detrás.

—¡Hola mama! —Dice el sonriendole a mi mamá.

—Hola Louis, mira Emma dime de una vez que quieres, mira que no tengo todo el día para ti —Mire a Louis y después a mi mamá,  para volver a ver a Louis haciendo me señales de muerte.

—Nada mamá, no era algo que valiera la pena —Me fuí lo mas rápido posible para tener el menor contacto con él.

Iba por la mitad de las escaleras y en eso viene Louis y me pone contra la pared.

—¿Qué quieres? ¿Qué acaso no te vasto con arruinarme la vida? —Dije con el ceño fruncido.

—Mira enana a mi no me importa lo que hagan, lo que hagas o lo que te pase en la vida, pero en cuanto a la mía no te permitiré que me la estropees, estoy demasiado bien como para que una mocosa venga y me la arruine —Ahora si hizo que me molestara.

—Eres un poco hombre, egocéntrico. Nunca a ninguna mujer se le debido tratar como tu me haz tratado ¡Maldito!

–¿Ah si? –dijo sarcásticamente y asenti.

—Sí —Asentí a me dió  una bofetada tan fuerte que hizo que me quedara la mejilla roja.

—Que no se repita lo de hoy, no quiero que te vuelvas a pasar de lista conmigo estupida - me lanzo en las escaleras y se fue.

Tal vez sea cierto y si me quise pase de lista. Tal vez sea una pobre tonta que está tratando de ser fuerte. Trataré de no repetirlo nunca más.

Olvidada (H.S.) {EDITANDO} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora