Capítulo 2

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1 años atrás

Keith tomaba de la mano a Lilieth mientras la guiaba a su lugar favorito, los únicos ruidos que se escuchaban en el bosque nocturno aparte de las chicharras eran sus risas apagadas por las ramas al romperse mientras ellos caminaban encima, fue un alivio para Lili que Keith no pudiera escuchar su corazón que siempre latía desbocado cuando él la tocaba, o la miraba como si fuera la cosa mas hermosa en el mundo.

-Ya casi - Dijo Keith

Pasaron unos cinco minutos más antes de que le quitara la venda de los ojos a su amada Lilieth.
Lo primero que sus ojos pudieron distinguir en la oscuridad de aquel bosque escondido fue el reflejo de la luna en una pequeña laguna que yacía frente a ella, luego mientras Keith la abrazada por la cintura y respiraba en su cuello, notó una balsa a su izquierda; Lili sonrió al pensar en Keith preparando todo esto solo para ella, un romántico paseo bajo la luz de las estrellas junto, sintió las lágrimas brotar de sus ojos mientras Keith le susurraba que la amaba.

Dios.

Cuanto la amaba ese muchacho, juraba que así sería siempre, y justo así esperaba que fuera.

-Es hermoso.

Limpiándose sus mejillas húmedas, se dió vuelta y tomó el rostro de Keith entre sus manos para darle un merecido beso en el cual se expresaba todo en lo que las palabras no se podía.

Keith la atrajo hacia él con las manos en su cintura, haciéndola saber que nunca se separarían, y cuando por fin se detuvieron a tomar aire, se dieron cuenta de la perfección de aquel momento, por la mente de Lili surgieron imagenes de ellos en un futuro, viviendo en la gran casa de Keith, de sus hijos corriendo en el patio, Keith y ella lavándose los dientes juntos, Keith acariciándo su vientre proponiendo nombres para su nueva hija, ella y Keith envejeciendo...

Todo aquello lo vió al ver los ojos miel de su amado y una gran sonrisa se dibujó en su rostro.

-Gracias - dijo con toda la sinceridad posible

-Haría todo por tí mi Lilieth.

Subieron al pequeño bote y remaron por la orilla mientras hablaban, reían y se besaban aprovechando el momento que para Lili parecía sacado de un cuento de hadas, y cuando finalmente llegó la hora de marcharse, por primera vez Lili no se sentía devastada porque esa noche una esperanza alentadora creció dentro de ella y la empujó a perseguir lo que más quería, al igual que todas las personas, ser feliz. Y Keith la hacía feliz.



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⏰ Última actualización: Jan 24, 2016 ⏰

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