Capítulo 3

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Zoe

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- Eso que pasó no me afectó en lo absoluto, al menos no en el momento que debió hacerlo.

Todo vuelve a cobrar vida al momento de recordar, puede sacarte tanto risas como lágrimas. Sin embargo, un recuerdo no es algo que puedas desaparecer tan fácilmente como una foto en un celular, y más si ese recuerdo involucra a los seres que más aprecias, pues los recuerdos nos marcan como personas para así, revivir ese espíritu impredecible que hay en nosotros.

Martes, 17 de marzo. (3:30 p.m.)

El timbre que marca el cambio y el final del día de clases se emitió en toda la escuela. Yo me encontraba sentada en el pupitre con los libros encima y pensando en la nada.

La vista que tenía del espacio donde me encontraba estaba llena de adolescentes conversando y acomodando sus libros para luego retirarse, a veces en grupo o de manera solitaria. El barullo del mismo resonaba en las cuatro paredes del aula. La clase era ya la última del día y el anhelo por marcharse del lugar era palpable en toda la zona, especialmente el día de hoy.

Un toque ligero por encima del hombro me devolvió a la cruel realidad. A mi derecha me miraba con una sonrisa de oreja a oreja una cara bastante familiar de ojos celestes y pelo castaño, se trataba de Summer. Aparte de física, biología era también una clase en la que estábamos juntas, y su presencia era de lo poco que había olvidado en ese momento.

Detrás de ella naturalmente se encontraban sus otras amigas.

Eran chicas casi iguales a ella que pertenecían a ese grupo "especial" y repulsivo de personas que existian en todas las escuelas. Aquellos que sobresalen por entre los demás (la mayoría no por su inteligencia) y que todos conocen. Hacían fiestas, tomaban, fumaban, se hacían novios y rompían al día siguiente, habitaban en gigantescas casas y sus padres poseían una gran influencia en la sociedad, pero por suerte Summer era diferente, o al menos así se comportaba conmigo.

Me alegraba de eso. Hacia ya 6 años cuando la conocí, y desde ese primer momento me había mostrado que no todo lo que brillaba era precisamente oro.

Yo era nueva en el instituto en ese tiempo y me sentía como si nunca pudiera adaptarme al nuevo estilo de vida, la conocí no de las maneras normales que uno conoce amigos.

Por aquel entonces,al tener poco conocimiento de las rutas del colegio me termine perdiendo. Suena un poco ilógico, pero al tomar en cuenta el tamaño de aquella institución escolar, no sería sencillo encontrar el camino hacia la oficina del director. Sentía mis pómulos sonrojarse y es que, era la cuarta vez que pasaba por el mismo pasillo lleno de habitaciones. Tenía miedo de nunca encontrar el camino correcto, en el momento en que iba a abrir una de las puertas de la izquierda, su opuesta se abrió.

-¿Quién eres?-pregunté a la sombra. Esta tomó dos pasos adelante y justo en ese momento pude notar que era aquella sombra era una figura femenina.

-Cookie, ¿estás allí?-preguntó algo somnolienta, la chica de los ojos azules.

-¿Acaso tengo pinta de cookie?- atine a decir.

-Para nada, eres muy flaca para ser mi gato y además hablas.-sonrió con certeza, para luego romper en carcajadas. Suponía que se reía por mi cara que estaba llena de sudor pero el caso fue todo lo contrario.

-No te había visto antes, ¿Eres nueva, no?- volvió a preguntar,mostrando su reluciente dentadura.

-Creo que es muy obvio- respondí con sinceridad, dando por vencida la esperanza de encontrar por mí misma la dirección hacia la oficina del director.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2016 ⏰

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