Base Militar G. Washington.

7 0 0
                                    

Miami, Florida. Abril de 1993.

Había sido notificado por la Armada de Estados Unidos que iba a ser parte de la I brigada de infantería para la toma en Irán en la operación Tormenta en el Desierto.
Estaba feliz Porque por fin podría servir a mi patria, y estaba muy ansioso de viajar.

Iba de camino al comedor. Eran las 12 horas y tenia hambre.
(Huele muy rico... Ese es el sargento Dallas... La Francesa!)

-Sargento!. Lo llamé alzando la voz. Algunos me miraron raro. Corrí hacía el. -Sargento. Dije muy agitado de la carrerilla que había hecho para llegar a el.
-Digame soldado Scott. Me dijó en un tono sorprendido.

-Sargento, quería preguntarle sobre la abogada a la cual le entregué el so...-Shhhh. Soldado no hable en voz alta de eso. Me interrumpió mientras hablaba con un tono de voz muy bajo.
-Disculpeme sargento. Pero quería preguntarle sobre esa dama. Le dije con un tono de voz que camuflaba la intención mía.

-Marie Elizzabeth, si claro. Que sucede con ella?
-Es hermosa sargento. Estaba bajo los efectos de la bebida esa noche pero eso no fue suficiente para que me quedara pensando en ella.
-Lo se. Dijo entre risas. -Ella es una dama en todo el sentido de la palabra. Pero... Porque no vamos al comedor mejor no? No quiero broncearme innecesariamente.
(Wow un sargento tomando el almuerzo con un soldado? Eso es suerte).
-Si! Por supuesto sargento. Dije con entusiasmo ya que sabría mas de esa mujer enigmática.
Mientras iba hacia el comedor.
Un cobertizo enorme con la capacidad para tener a 750 soldados. Habían 10 de esos cobertizos para todos los soldados y marines que habían en aquella base. Después de las bases norteamericanas en Qatar y otros países del golfo, esta era la que mas llevaba soldados hacia el golfo pérsico.
Era enorme esa base, tenia mas o menos unas 4 millas de largo y 6 o 9 de ancho, no estaba seguro, yo venia de Illinois y llevaba solo 3 meses ahí.

Llegamos al cobertizo C5. Fuimos y tomamos una bandeja, nos dijirimos a donde servían la comida, una serie de mostradores de comida cada uno con un cocinero diferente.
-Entonces soldado Scott, que desea saber de ella.
(Demonios me asustó)
-Ehh, pues no se sargento, lo que sepa.
-Pues... Que le puedo decir de ella. Como habrá notado, es Francesa, de Evian si no estoy mal. Es abogada con énfasis en crímenes de guerra y derechos humanos.

Nos dirijimos a la mesa, no le interrumpía ni una sola palabra.

-Y pues. Continuo el sargento, -Es muy linda.

Tenia ansiedad y felicidad, conocer un poco de esta dama. Era muy especial. Aunque sabia de cierta manera. Que solo me quedaría con lo que averiguaría de ella.
-Si sargento, esa noche que la vi, me quede idiotizado miran...

De repente sonó una de las alarmas del cobertizo.
-Que diablos pasa!? Exclamó el sargento Dallas.
-Soldado reunase en su respectivo hangar.
-Si señor.

La conversación se vio interrumpida por una alarma generada por la llamada del secretario de defensa de los Estados Unidos, autorizada por el presidente.
No tenia ni idea de que sucedía, solo sabia que esa alarma hacia que todos los soldados y marines, se dirijiesen hacia el hangar de la sección en la que pertenecen.

-Carajo, esta muy lejos el hangar!
Exclamaba mientras llegaba a el hangar corriendo.
Los comedores estaban esparcidos por toda la base, y estaba al otro extremo el hangar j-08.

Mientas corría veía llegar muchos camiones de la marina vacíos. (Algo va a pasar o esta pasando acá).

Llegue agitado al hangar mio.

(Yo reconozco ese cabello rojizo)
Me acerque, y efectivamente era mi amigo Carter.
-Ey! Carter, que sucede?. Le dije en voz baja ya que estaba hablando un teniente.
-Ey! Hola! No se hasta ahora van a empezar así que presta atención.
-Que suerte! Este bien.
Dije eso con un aliento de tranquilidad, y enfoque mis sentidos del audio y de na vista hacia una pequeña tarima. Donde estaba a punto de hablar un teniente.

-Señores. Dijo el mayor dirigiéndose hacia los 300 soldados ahí. -Para nadie es sorpresa de que Saddam Hussein pudiera contraatacar. Pues lo hizo.

Cuando dijo eso empezaron los murmuros entre los soldados.

-Silencio!. Dijo el mayor en un tono propio de su rango militar. -El presidente autorizó que de esta base salgan 3000 mil solados acabar con el régimen de Hussein. Así que quiero verlos en 25 minutos con su maleta lista, serán llevados a la bahía Lincón, y de ahí partirán hacia Irán.
Suerte soldados.

Las palabras de ese mayor dejaron a mas de uno con la cara pálida.

-Demonios si! Nos vamos a Irán James!. Me dijo Carter mientras yo asimilaba la situación.
-Ah si, es tiempo de azotar a esos Malnacidos
-Si! Así es. Dijo con un entusiasmo como el de un niño recibiendo y abriendo un regalo.-Nos vemos en el punto de encuentro.
-Si si, esta bien nos vemos allá.

Mi mente desde ahí olvido todo lo que tenia y empezaba la guerra.

El viaje a penas empezaba.

Memorias De Un Corazón IlusionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora