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Despierto muriendo de cansancio al recordar que es lunes y tengo que ir al colegio. Me pongo de pie para tomar mi uniforme de del colegio. Me acerco al espejo, recojo mi cabello y me miro, recorro la zona con la yema de mis dedos donde Noah me besó el día de ayer tratando de recuperar aquella hermosa sensación de sentir sus labios sobre mi piel nerviosa. Tras un largo momento recordando, divagando e imaginando miles de escenarios junto a Noah cuando estoy lista bajo corriendo las escaleras, mi madre aún no se ha levantado por lo que preparo mi almuerzo y salgo corriendo de la casa.

-Adiós Sam- digo acariciando al lindo perro labrador que duerme plácidamente en su casa fuera de la puerta. Tomo mí bicicleta y pedaleo lo más rápido que puedo hacia el colegio.

-¡JADY!- gritonean en mi dirección y cierro mi casillero con fuerza. Me recargo sobre el metal y sonrio en dirección a Miranda, abre los brazos y cuelga su labio suplicándome un abrazo.

-¿Qué pasa?- me sujeto la mochila correctamente, caminamos por el pasillo. Miranda enrosca su cabello y lo agita haciéndose notar por todas las chicas que están en el pasillo.

-Gabe me pidió que vaya  con él de vacaciones a su casa en Washington.- rueda los ojos. Volteo observando mi entorno, estoy demasiado distraída como para atender a mi amiga con sus líos amorosos.

-Si no quieres no vayas.- Sheyla sale de el baño cayendo de rodillas contra el piso, corro hacia ella y la levanto soltando una risotada. La mayoría en el pasillo nos mira con aires de vergüenza. La morena se pone de pie y se aleja de mí.

-Otra vez, ¿nunca vas a dejar de caerte?- río y nos dirigimos al salón. Ella niega con las mejillas rojas y me pide que avancemos con discreción. Cuando estamos en el almuerzo mi mente se transporta fuera de las paredes del colegio, por un momento pienso en lo diferente que seria mi vida si tan solo no fuera como soy.

Bebo mi yogurth y me acaricio la mejilla involuntariamente. Miro por la ventana mientras jugueteo con el envase de la bebida.

-¡Hey Jady!- chilla Miranda delante mío. La miro sonriendo y ella se limita a negar con la cabeza - ¿sí o no?

<<Rayos>>

-Sí, Miranda- asiente y se pone se pie para salir de la cafetería. Shayla alza la cejas soltando una risa estruendosa.

-Noah regresó a la ciudad hace unos meses- actuo sorprendida, la morena frunce el ceño -, lo ví ayer por el vecindario con una motocicleta y aspecto horrible- parece demasiado molesta. Bufa poniendo los ojos en blanco ante la repentina charla sobre su apestado primo.

-Yo no lo ví- me encojo en hombros mintiendo, sé que es mi mejor amiga pero ha tenido una cruda historia respecto a Centineo.

-Es un idiota, si tan sólo se colocara en el lugar de su madre una vez en su maldita vida.- tomo mi mochila en un desesperado intento de escapar de esta incómoda conversación. Soy consiente de todo lo malo que a hecho Noah en su vida; es algo que no pienso mencionar en estos momentos.

Cuando las clases terminan me encamino a la salida, me escabullo entre la multitud de estudiantes. Tomo mí bicicleta y salgo a toda velocidad, acomodo bien mi mochila cuando siento mi trasero chica contra el pavimento seguido de miles de risas a mi alrededor.

-¡Lo lamento tanto!- alzo la mirada para encontrarme con Scott, el chico de la fiesta de Miranda. Me ayuda a levantarme y hace lo mismo con la bicicleta.

-No importa- chillo y cierro los ojos sacudiendo mi ropa.

-Por favor discúlpame Jade, Miranda me llamó por lo de la cita que vamos a tener y...

-¡¿Qué, perdón?!- balbuceo mirando la melena de la morena, ella me saluda con sus dedos regordetes y se tira a reír.

Miranda me ha arreglado una cita con su amigo y yo no me he enterado. Miro avergonzada a Scott para llevar a Miranda debajo de un árbol, la observo con los brazos cruzados, con el coraje recorriendo mi organismo.

-¡¿Qué rayos acabas de hacer Miranda Valley?!- gritoneo tratando de no ser escuchada por Scott, Shayla se ríe limpiando las lágrimas que salen de sus ojos.

-¡Te pregunté en el descanso su querías salir con él porque me lo estuvo suplicando todo el fin de semana!

-No acepté- murmullo obvia a lo que ella niega rotundamente mientras me da una palmada en la espalda.

-Me dijiste que sí Jady querida

<<¡Chingá!>>

-¿Y qué hago ahora Miranda!- estoy a punto del colapso, no es que Scott no sea lindo. Al contarío, es demasiado atractivo pero no me apetece salir con él.

-Te acompañamos a tú primera cita señorita amargada- me toma de la mano llevándome junto al chico el cual me mira atento y con demasiada ternura.

-¿Lista Jady?- musita el muchacho tratando de llevarme por el brazo, asiento y lo sigo por detrás.

Subimos mi bicicleta sobre el toldo de su camioneta roja la cual está demasiado reluciente. Ayuda a Miranda y Shayla a subir al vehículo para cederme el asiento del copiloto.

Cuando estamos arriba comienza a conducir, saco mí teléfono y miro mi buzón para alegrarme al leer el nombre de Noah :

"¿Cuándo nos vemos para hablar de Georgie?"

Resignada bloqueo mi celular y miro al frente, Scott permanece callado pero noto como sus ojos me repasan cada dos por tres.

Nos estacionamos en el subterráneo de un restaurante chino, Shayla se coloca a mí lado dándome seguridad al hacer esto.

-Es un muchacho bastante guapo- susurra a mi oído, asiento y río.

-No lo es tanto, pero me agrada.

Dentro del restaurante nos sentamos cerca de la entrada, Scott se coloca a mí lado para dedicarme unas cuantas sonrisas de vez en cuando. Hago lo mismo para no parecer mal educada, no habla, solo se escuchan las risas de mis amigas y unas cuantas mías.

El par de muchachas se van al baño dejándome completamente sola con mi cita, este repasa el menú nervioso y sé que soy yo quien tiene que empezar a hablar.

-¿Por qué me has invitado a salir?- cuestiono.

-Me pareces una chica demasiado linda- susurra, mis mejillas se encienden al escuchar aquellas palabras las cuales ningún muchacho me había dicho en mi vida.

Me revuelvo en el asiento y agradezco.

Quedamos en un incómodo silencio, escucho detrás mío una voz particular. Una mujer discutiendo y pronto un golpe de vidrios en el suelo.

Giro rápidamente para toparme con las misma chaqueta de cuero negro que me volvió loca el día de ayer, sus ojos se encuentran con los míos. Esta demasiado furioso pero cuando nos miramos su expresión se relaja.

Camina hacia mí y sin percatarse de Scott se sienta a mi lado.

-Me hace enojar tanto la gente- se restriega la cara y ríe entrecerrando los ojos.

Mi vista se posa en el chico moreno que yace incómodo a mi lado.

-¡Hey amigo!- se queja mi acompañante sin saber en lo que se puede meter -, estoy con la señorita si no te importa- Noah sonríe, mira a Scott y alza las cejas.

-No me importa- se tensa -, puedes irte para no molestarnos- se pone de pie recargandose en la mesa delante de Scott, el cual se levanta frunciendo el ceño.

La sola esencia de Noah da escalofríos. Se miran, se colocan más cerca y no se que es lo que tengo que hacer.

-Te dije que no molestaras a la señorita- balbucea el moreno con temor en la voz.

-Yo te dije que te fueras, y cuando yo ordeno algo se hace de inmediato.- concluye Centineo mientras toma por la camiseta a Scott y lo avienta contra una mesa.

Aunque no sea para ti  /Noah Centineo/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora