Aunque no sea para ti /Noah Centineo/

6.

Miro por encima de la cabeza de Noah, el viento hace que mis cabellos vuelen de una manera desordenada por donde mi rostro. Me sujeto tan fuerte que siento le sacaré el aire al castaño si sigo haciéndolo.

Cuando nos detenemos delante de una casa bastante grande, Noah me ayuda a bajar mientras me cede su mano. Sonrío y me suelta haciendo que mi mano caiga brusco a mi costado.
Camina azotando aquellas tremendas botas negras que lleva en los pies, son grandes y toscas pero van acorde a su personalidad.

Acomodo mi cabello detrás de mí oreja esperando no parecer tan nerviosa pero algo en el ambiente de las fiestas no va conmigo.
Cuando Noah llama a la puerta puedo ver a la castaña de la que está enganchado asomándose por la ventana con el maquillaje corrido. Yo ni en los más profundo de mí mente podría permitirme andar así en un lugar público.

-No estés nerviosa Jady- frunzo el ceño y veo a Noah con las manos en los bolsillos de su cazadora, con la lengua entre los labios y aquel brillo peculiar que solo él tiene en los ojos.

-No lo estoy- cuando abre la puerta un chico rubio no tardamos en entrar. El lugar es un caos, tenia entendido que esto solo era una reunión pero parece más una guerra.

Nos adentramos en la cocina, Madeline baila con un chico a un costado de la mesa.

-Noah- le llamo jalandolo de la chaqueta -, voy por algo de beber- mi voz suena tan frágil, lenta y nerviosa. Se gira y alza un dedo para que le permita ver aquel baile extravagante que hace la castaña.

Pienso en lo poco que conozco a Noah, en lo diferente que soy a él y en lo poco probable de que alguna vez se fije en mí. Tal vez pueda conformarme con ser su amiga, tal vez pueda vivir el resto de mí vida de esta manera.

Me acerco a la mesa de bebidas, veo entre los cientos de botellas de cerveza vacía y mi expresión se relaja cuando veo que hay una lata de soda esperándome quieta. Cuando la tomo una mano más grande rodea la mía. Aparto rápidamente los dedos y veo al dueño de aquella mano. Un muchacho alto y castaño con ojos tristes me mira con expresión apenada.

-Lo lamento- se disculpa rascando su nuca -, tómala tú- antes de lo esperado sonrío, sus ojos se relajan y hace lo mismo. La lengua detrás de sus dientes hace que se vea aún más noble.

-Mejor me sirvo la mitad en un vaso-

-Suena buen. - se ríe, tiene un tono tan suave que por un momento no puedo escucharlo.
Le ofrezco de regreso la lata y la toma mientras me da las gracias. Mi vista se desvía hacia Noah, camina escaleras arriba con un puñado de chicos con muy mala facha.

-Son unos pinches marihuanos- vuelvo a la realidad, el rubio sigue delante de mí con expresión divertida -, me llamo Evan.

-Jade- extiende su mano, la tomo -, un gusto.

-¿Veniste con tus amigas?

-No, vine con...- vuelvo los ojos a las escaleras -, con uno de los marihuanos que acabas de insultar.- se limita a dejar la soda sobre la mesa.

-No... no era mi intención- suelto una carcajada.

-No te preocupes, no pasa nada.- el silencio se interpone entre los dos. Evan se revuelve en su lugar para con su dedo señalar un sofá libre.

-¿Quieres platicar?- veo las posibilidades, puedo ir a buscar a Noah o quedarme a conocer a este muchacho que bastante bien me está cayendo. Opto por quedarme con el rubio y me aproximo al sofá. Con la pierna aparto un vaso rojo e intento quedar lo más separada posible de Evan. Sus dedos tamborilean la lata de Coca Cola, se atreve a mirarme de frente y me ofrece más bebida.