Había pasado una semana sin noticias de aquel sujeto, salía a fumar como siempre al callejón detrás del estudio y una parte de él aunque no lo admitiera deseaba que allí estuviera. Todo aquel encuentro fue tan extraño, pero a la vez lo más emocionante que le sucedió en un largo tiempo. Y eso lo hacía sentirse patético.
Acomodo sus cosas guardando todo en su maletín de maquillaje de tres pisos. Aquel día no hacia tanto frio así que solo traía una polera blanca de manga larga y un jardinero de jean gastado con un lado caído sin abrochar. Volvió a su casa sin problema, la misma rutina aburrida de siempre. Pero al caminar por el pasillo de la entrada, se encontró con algo que definitivamente no formaba parte de ella.
Reconoció aquellas botas de punta de inmediato, el sujeto estaba sentado contra la puerta de su departamento pero su imagen no era la misma que la de la otra vez. Traía la ropa manchada con barro y lo que parecía ser sangre. Su cabello estaba sucio, desprolijo y varios moretones y cortadas le recorrían el rostro. Aun así, sus ojos dispares lucían tan fríos y calmados como el día del callejón.
_ Te paso un auto por encima?
_ Te dije que nos volveríamos a ver.
_ Como me encontraste? Me seguiste la semana pasada?
El otro levanto la mano entre sus dos dedos sostenía un documento de identidad. Ephram se acercó a él e inclinándose se lo quito de un tirón observándolo fijamente, sentía tantos deseos de golpearlo aún más de lo que ya lo estaba.
_ Hace una semana que busco esto! Cómo!?
_ Venía con esto.
Levanto la otra mano, en ella se encontraba la billetera perdida de Ephram.
_ Cuando!?
_ El cigarrillo. La tenías en el bolsillo posterior, podría robarte los pantalones sin que te dieras cuenta.
_ Qué bueno que hoy me puse un jardinero entonces.
El hombre volvió a reír y a Ephram lo invadió el temor nuevamente. Busco la llave en su bolsillo pero él estaba recostado justo en frente de la puerta sería imposible pasar sin moverlo, aunque lucia tan débil quizá podría simplemente patearlo.
_ Necesito pasar.... No sé qué haces acá y realmente no me interesa.
_ Pareces fácil de corromper, así que... vine a corromperte.
Ephram cruzo los brazos a la altura de su pecho y lo observo fijamente, sintiéndose más valiente gracias al estado en el que el extraño se encontraba.
_ Y cómo vas a hacerlo? Dudo puedas ponerte de pie.
_ El gatito quiere aparentar que tiene garras.
Él lo miro completamente serio y Ephram considero su risa muchísimo menos tétrica que aquella mirada. Sentía los nervios en la punta de los dedos y se imaginó que el otro podría matarlo en un segundo, aun en el estado en el que estaba.
_ Deberías... deberías ir a un hospital...
_ No puedo hacerlo.
_ Bueno no sé algún amigo, aunque claro seguro no tenes amigos que no intenten matarte.
El hombre levanto una ceja, apoyo las manos contra la puerta e impulsándose fue haciendo presión contra ella, incorporándose lentamente, era realmente alto en el callejón no lo había notado, pero sus piernas eran tan largas como las de Ephram o quizá aún más.
_ Adivinaste –se tambaleo levemente- Sos enfermero vi tu identificación.
Ephram se maldijo a sí mismo, por alguna razón aún conservaba el carnet de identificación del hospital en su billetera, por más que hacia un par de años había perdido la licencia.
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Tattooed Scars
Mystery / ThrillerDespués de haber perdido la licencia en enfermería, Ephram vivía una vida rutinaria como estilista para una agencia de modelos, todo se había vuelto aburrido y sin emoción alguna. Hasta que un día frio de otoño conoce a B, un ser peligroso y de mal...