Morí

36 4 0
                                    

Morí...
Ese día mi cuerpo se desplomó sobre el tuyo en una ciudad oscurecida con noche revuelta entre nubes y estrellas.

En ésa noche mi alma ciega, te miró.
Bajo la luna, mi alma sin labios, te beso.
Con el brillo de las estrellas, mi alma sin voz, te habló.
Cuando llegó la neblina, mi alma incolora, te pintó.
Mi alma te amó.
Mi alma aprendío a volar, aprendío hacer inmortal en tu cuerpo, aprendío a soñar cuando cristalina tu esencia desapareció y con ella, la casta de mi cuerpo desnudo entregándose por completo a un amor pusilánime de poco corazón.
Pero mi alma caprichosa trascendió, nunca murió, siguió creyendo en sueños y cuentos de hadas, se volvió gigante, se convirtió en amor.
Yo morí, mi alma no.

Edén Donde viven las historias. Descúbrelo ahora