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Todo comenzo con una mirada, vi en tus ojos lo que pocas o ninguna vez vi brillar con tal intencidad, esperanza, allí  estaba, esa luz sola entre las tinieblas luchando con fiereza para no extinguirse, y entonces lo comprendí, aquella luz de la esperanza era lo que te daba la fuerza para continuar avanzando hacia el amanecer, y entonces decidí, que ya no viajarias solo.

Mil gracias por leer.


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