Pensándote

23 2 0
                                    

Dulces sonidos de campanas y cascabeles, sonrisas, y ponche. Nostalgia y yo tomando una copa de vino. En el te puedo sentir, mientras lo bebo te empiezo a recordar y las voces a mi al rededor se apagan, y los murmullos se vuelven distante, el piano y los villansicos desaparecen y el frío... Este se vuelve una suave brisa sobre un tejado lejano.

El vino está mezclado, y la botella de juana esta en el piso a tan sólo unos pasos. Yo observo el cielo nocturno. Sabes que soy adicta a él.

Te acercas y pese a que te siento, te ignoro, las luces de las casas me tienen entretenida. Estar en el tejado de un tercer piso puede traer sus cosas buenas y me encantaba aprovechar los pocos momentos en los que subia.

Tú te acercaste y sin darme tiempo de reaccionar me envolviste en tus brazos en un gesto que rompió con todas mis murallas.

Sabías que eras mi punto debíl, y te aprovechabas de eso. Sabías lo fácil que caia cuando se trataba de tu persona. Siempre supiste que a pesar de alejarme, era tuya... Al igual que sigo siendólo ahora, sin importar la distancia, nunca importará.

La llamada de mi nombre me hizo salir abruptamente de mi ensoñación.  No podía creer cuanto había cambiado todo en doce meses. Ahora no estaba entre risas de bromas absurdas, y caras conocidas. Ya no estaba entre personas que me conocieran realmente, ahora ya no estaba con personas que supieran de mi amor por la luna, de lo borracha que he llegado a estar, o de lo mucho que me gustaba bailar.

No estaba entre abrazos conocidos, no consideraba a nadie como amigo. Me sentía sóla y sin sentido, por lo que tome mi celular y te escribí. Hablar contigo siempre me calmaba o me alteraba, jugabas con mis emociones sin saberlo, pero en eso momento busqué la felicidad en medio de la infelicidad. Busqué tu saludo, y nuestra charla trivial, observé por algunos minutos tu foto imaginandote ahí conmigo. Cuanta falta me hacías y podía que nunca llegarás a saberlo.

Durante todos esos meses habías sido mi método de sanidad, quien me hacía serenarme, quien me daba fuerzas, pero ya no necesitaba solo de eso, te quería de manera completa.

Entrando a mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora