Cuando te conocí, me atrajo tu aroma, ese aroma con calidad, ese aroma que al olerlo sabía que había encontrado una fortuna... Tú cabello con toda la refulgencia que al observarlo con ojos mortales quedan destellados por tal magnificencia; tú piel tan suave recordando la textura de un pétalo de rosas, suave y profundamente hermoso que no podría definirlo con palabras tan sutiles.
De un abrir y cerrar de ojos te conocí, a sabiendas que no había vuelta atrás, a pesar de saber que no habían segundas oportunidades conocí tu gran forma de ser, me curo, fuiste mi medicina, fuiste el amor que tanto busque y que nunca encontré, una personalidad que me atraía; sonreía con una simpleza al verte diciendo: "Esta mujer es mejor que la chica de mis sueños"; tú risa, tus berrinches, tú forma de ponerte como un tomate me encantaba que hasta cuando estaba preocupado, pensaba en esas acciones que me enamoraban y me despreocupaba... Todo iba tan bien, me metí a la boca del lobo sin saberlo, estuve navegando sin rumbo correspondido, sin tener en cuenta ella me estaba destruyendo, tú mente y penalidad me estaba desintegrando, me estaba matando mi propia medicina, sin embargo, amaba esa sensación de dolor, cuando me creí roto, que no podía más llegabas sin que lo supiera, hacías que volviera a creer, la chica que me destruía me arreglaba en cuestión de segundos... ¿Por qué? Su mirada ostentosa era lo que más quería en este mundo y rendirse no era mi opción.