Capítulo 4

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Zant empezó a repartir un folio a cada alumno mientras los miraba con cara de superioridad y cuando terminó se giró hacia la clase y dijo con un fingido suspiro:

-Esto me duele más a mí que a vosotros chicos, pero me han llegado rumores sobre lo "mucho" que nos apreciáis a mí y a mi asignatura y claro, tenéis que entender que el profesor soy yo y si quiero vengarme de vosotros... Puedo hacerlo -concluyó con una risa irónica mientras se dirigía a la mesa con aires de superioridad alardeando mentalmente de su ingenioso plan, pero una voz femenina lo bajó de las nubes.

-Que triste, un profesor que se toma tan a pecho lo que dicen unos adolescentes como para "vengarse" de ellos.

Toda la clase se giró a mirar a Midna en el silencio más absoluto excepto por un suave "ooooooooh" por parte de Barsa que pretendía echarle más leña al fuego. El profesor también se giró de repente y clavó sus ojos en Midna, una mirada cargada de odio y desprecio que ella sostuvo sin problemas y respondió:

-Barsa, deja de hacer la lechuza y cállate, y tú -dijo con asco volviendo a ver a Midna- tú... Es igual, ya hablaré contigo en presencia del director; ahora si nadie tiene ninguna tontería más que decir, empieza el examen.

-Profe... Las lechuzas no hacen "oooooooh" -dijo Barsa poniendo cara de niño bueno.

-Déjalo, es que es de letras -Midna cerró la discusión y Zant puso los ojos en blanco dirigiéndose de nuevo a su asiento para disfrutar de las caras de sufrimiento de sus alumnos mientras copiaban las preguntas que él mismo iba dictando.

Sheik lo estaba pasando francamente mal, no tenía ni idea de lo que le estaban preguntando en el examen, casi podía jurar que Zant se había inventado el nombre de alguno de esos reyes para confundirle, estaba seguro de que nunca había reinado en Hyrule un tal "Heráclito I". Una suave risa se escuchó desde su derecha, era Bisca, vale, estaba confirmado que había datos falsos o preguntas trampa en ese examen, pero no tenía ni la más mínima idea de cuales eran. Aprovechó que Zant no lo estaba mirando para escribirse una pregunta en la mano pero justo cuando se la iba a enseñar a Bisca para que le pasara la respuesta, una voz se escuchó alta y clara en el aula:

-Nombre... Barsa, día... Soleado, ala, a tomar por culo, esto lo puedo entregar ya, no? ¿Me puedo ir?

Zant se giró hacia Barsa y Sheik dio un pequeño salto en la silla del susto mientras miraba hacia su hoja en un intento por pasar desapercibido y numerosas risas mal disimuladas se empezaron a escuchar por todas partes:

-No Barsa, no puedes salir porque no me da la gana de que salgas.

-Jo profe... Es que siento la imperiosa necesidad de hacer la lechuza y siento que aquí molesto.

Toda la clase estalló en carcajadas y Sheik aprovechó para enseñarle su pregunta a Bisca, quien le respondió rápidamente mientras se seguía riendo; el nuevo había acertado, Heráclito no era ningún rey. Zant los mandó callar con un gesto de su mano y con voz desganada afirmó:

-Barsa, tú molestas en todas partes -después de un largo suspiro añadió- haz algo útil con tu vida y desaparece de mi vista.

El aludido entregó el folio y se marchó de la clase a la carrera mientras gritaba: "¡Buena suerte pringados, nos vemos en septiembre!". El profesor volvió a sentarse con evidente molestia y amenazó con voz siniestra:

-Una interrupción más y os pongo a todos un cero en la evaluación... Y me da igual que no se pueda poner un cero -aclaró mirando hacia Midna, quien ya tenía la boca abierta para replicar. Después de eso se fijó en Sheik, quien tenía cara de confusión, se había atascado en otra pregunta- Tú eres el nuevo, no? Bueno, ya que no has tenido tiempo de verte la materia... Harás el examen igual, así te inicias en el noble arte de suspender, lo único que tus compañeros saben hacer bien.

Sheik casi pudo sentir como su mandíbula se desencajaba y caía al suelo, por un momento pensó que se iba a apiadar de él, que iba a ser comprensivo o buena persona por lo menos, pero no. Una dulce voz se escuchó desde la parte delantera de la clase:

-Pero es que esto es muy difícil profe -Esta vez la que intervino fue Zelda, la gemela de Hilda.

-Nada es difícil si te lo explican bien -contestó Zant con superioridad.

La clase entera contuvo una risa irónica, bueno, todos menos una persona en realidad:

-Por eso siempre suspendo tu asignatura -Zant le lanzó una mirada seria a Midna- vale, ya me voy.

La hermosa chica extranjera dejó su examen en la mesa del profesor y salió por la puerta como si nada, mientras Bisca refunfuñaba porque le era imposible concentrarse con todas esas constantes interrupciones.

El rubio estaba dándole los últimos repasos a su examen cuando Zant avisó de que se estaba acabando el tiempo, quedaba un minuto y Sheik palideció al instante, le quedaban aún dos preguntas por acabar. Bisca entregó el examen visiblemente satisfecho y el pobre Sheik sólo alcanzó a escribir una palabra en la última cuestión cuando el examen le fue arrancado de las manos por el profesor que lo miró con mala cara.

Midna y Zant estaban parados delante de la puerta del director Ganondorf. Los murmullos se escuchaban desde el otro lado, debía haber otra reunión en curso pero eso no fue impedimento para que Zant llamara a la puerta con evidentes deseos de empezar su propia reunión con Ganondorf y tanto él como Midna entraron sin esperar respuesta. El interior del despacho era austero y sobrio: poca decoración, muebles elegantes y de evidente calidad... Los colores que componían la habitación eran más bien oscuros y una gran mesa de madera maciza presidía la estancia. Justo al lado de la mesa, un brazo apoyado sobre la superficie de madera y cara de fastidio, estaba el director que mandó salir a Zant con un movimiento de su mano y gesto de disgusto, lo último que necesitaba ahora era al pesado profesor de historia molestando.

-Sí cariño sí, he tendido la ropa... ¡Pues no, no se me ocurrió que pudiese llover!... Ay yo que sé, no veo el parte metereológico, no... Sí, soy un desastre por ello... Que no, no te estoy dando la razón como a los locos... Hay que ver que pesada te pones cuando quieres... No, nada, yo no dije nada... Sí cariño sí, yo también me estreso a mí mismo... ¡Y dale con la ropa, que pesadita que estás, que no le va a pasar nada, que eso es lluvia!... Pues nada, soy un fracaso de persona, ala, me voy a hacer cosas de fracasados, como trabajar, por ejemplo, adiós... Te quiero.

Midna silbaba apoyada en una esquina de la mesa hasta que Ganondorf guardó el teléfono y se acercó a ella de manera amenazante.

-¿Y bien, como tú por aquí?-Midna se alejó de la mesa al notar como el director se acercaba, ese hombre imponía respeto.

-Pues nada, que Zant me echó de clase, ya sabes como es.

Ganondorf suspiró con pesadez. Sabía que Midna llevaba razón en cuanto a lo "especial" que era el profesor de historia, ni siquiera él lo soportaba, es más, no sabía ni por qué estaba contratado ese hombre pero bueno. Era pesado, muy pesado y tenía una voz insoportablemente estridente... Además de sus penosos y mal disimulados intentos de tirarle los tejos. Un escalofrío le recorrió la espalda al pensar en eso y Midna lo miró con gesto interrogante:

-Bueno, eso suena a la misma historia de siempre, no hay nada que destacar en cuanto a lo sucedido?

-Pues... Que estábamos en un examen... Que le llamé infantil y mal profesor, lo cual es una verdad como un templo -el director asintió con la cabeza- Y... Que Barsa me ayudó a sacarlo de sus casillas, eso es todo.

-A ver, vayamos por partes... Primero que todo te recuerdo que ese señor es el que va a poner tu nota a final de curso y a menos que quieras pasarte el verano estudiando historia y tener que ver el careto otra vez en septiembre, te recomendaría aprobar; y en cuanto a lo de Barsa... Siempre sois vosotros dos los que la estáis liando, de verdad, deberíais salir juntos, yo lo veo.

Midna no pudo contener la risa ante eso último y entre carcajadas explicó:

-Señor, es que soy lesbiana.

La cara que se le quedó a Ganondorf fue un auténtico poema, era la foto perfecta para escribirle debajo "impaktado", un verdadero meme en potencia.

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