A la mañana siguiente me desperté y estaba en otra habitación. No estaba en una celda. Era un cuarto con cuatro paredes blancas y una puerta. No había nada dentro, solo una cámara. Alguien abrió la puerta. Era una mujer. Me agarro la mano con guantes especiales y me llevo fuera.
-Vas a encargarte de quemar.- me llevo por un pasillo, giro hacia la izquierda, después bajamos unas escaleras y abrió una puerta. Estábamos en un lugar que había un escalón de cemento y todo alrededor de éste, estaba la jungla. Había una chica de espaldas arrodillada en el escalón llorando.
-Por favor, les juro que nunca había visto a uno de esos seres que me nombraron, lo juro por dios- agacho su cabeza sollozando. Tenía una voz familiar.
-Ponete adelante de ella y quemale los hombros. Si sigue hablando, al cuello también.-
No quería hacer eso. No era justo. La mujer me empujó. Avance y los guardias me siguieron por atrás para que no hagamos nada. Al ponerme enfrente de la chica las dos nos miramos y disimulamos que no había pasado nada. Se me había parado el corazón. Era Rebecca. Al pararme detrás de ella puse mis manos en sus hombros. No iba a quemarla, entonces hice lo siguiente. Agarré su brazo, salí corriendo. Los guardias gritaron y aparecieron 10 más detrás de los 6 que ya estaban con nosotras. Al principio casi me caigo porque Rebecca no entendió lo que estaba pasando. Luego de tres saltos, aceleramos el paso y nos adentramos en la jungla. No parábamos de correr, la adrenalina se había apoderado de nuestro cuerpo. Mire a Rebecca y tenía toda la frente perlada y la respiración entrecortada. Seguimos corriendo durante 20 minutos. No sé a dónde nos dirigíamos. Un guardia lanzo un flechazo y nos pasó a Rebecca y a mí entre nuestras caras, luego otro y otro más. Empezaron a dispararse varios flechazos. Uno me dio en el muslo de mi pierna derecha, pero sin embargo seguí, no podía parar, tenía que seguir. Rebecca no se había dado cuenta. Mejor, porque si no hubiera querido parar. Tenía que hacer algo, porque si no nos seguirían para siempre y ya me estaba cansando. Entonces me di media vuelta, me agaché y los guardias siguieron de largo unos pasos más y se dieron vuelta. A uno antes de que se dé vuelta le puse una mano en la espalda y me puse demasiado furiosa para que le duela mucho. Luego dos hombres que me estaban por electrocutar le puse una mano en la cara a cada uno y los queme con todas mis fuerzas. Cayeron de rodillas por el dolor, seguramente los había dejado sin vista. Luego cuando un guardia estaba por clavarme una flecha en el pecho, me tiré al piso y puse mis dos manos en sus tobillos. El hombre cayó de inmediato y lanzó la flecha tratando de dispararme, pero le erró. Rebecca los dejaba inconscientes a los que yo iba quemando y me ayudaba con un par.
Nos fuimos caminando hasta nuestro pueblo. Llegué y mi padre fue corriendo a abrazarme. Éramos 25 onux como mucho.
-¿Y los demás?- le pregunte a papá.
-No hay más hija. Estos somos todos- no podía ser. Habían capturado a más de 60 de los nuestros.
-Nos vamos a vengar- le dije a mi padre.
-No podemos. Nos matarían en un segundo. Somos muy pocos.-
Lo pensé un segundo. -Tengo una idea. ¿Y si fuéramos 6000 más?-
-¿Y de dónde los sacamos? ¿A qué te referís?- Mire a Rebecca. Luego de dos segundos su expresión cambio de la de confusión a entendimiento y venganza.
-¿Y quién es ella?- preguntó papá.
-Es mi única y mejor amiga. Nos conocimos hace 4 meces. Y no desconfíes de ella. Y yo soy su única mejor amiga. Tenemos los mismos pensamientos y problemas. No le damos miedo, es más, nos admira.- la miré y ella asintió.
-Está bien, ¿Y eso de la gente? ¿Por qué ella si te entendió?- Pensó un segundo en su pregunta y se dio cuenta a lo que me refería.
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Onux
FantasyNo todo es tan fácil No todo es complicado No todo es imposible Pero si dificil Onux. ¿Que son onux? Nosotros. Nuestro objetivo es destruir al gobierno. En realidad, el mio. Por ahora. ¿Razones? Desigualdad, falta de libertad de expresión, tener u...