—Nick, salgamos, creo que Amy necesita un tiempo con Liz— me dijo Ashley refiriéndose a mi tía
—am... Si— asentí
Ambos salimos de la habitación y nos sentamos en la banca que estaba frente a ella
—Nick...
—¿Si?
—¿Crees que Liz despierte?
Esa pregunta me revolvió el estómago y, mágicamente, la mente
¿Y si no despertaba? ¿Y si ella... Muere? ¿Qué haríamos todos? ¿Qué haría yo?
—am... Liz es fuerte, muy fuerte. Siguió adelante luego de perder su embarazo, yo creo... No... Yo sé que ella despertará— aseguré
Ashley me abrazó y yo le devolví el abrazo, sentí cómo ella comenzaba a llorar, la acerqué mas a mi y comenzó a llorar mas fuerte
***
Matt's POV:
Desperté por una luz blanca y súper fuerte que atacaba mis ojos, los abrí y todo estaba borroso, no podía ver nada claro, sentí una puerta abrirse y alcé la mirada, logré ver a un tipo rubio, con lentes y piel blanca. Llevaba puesta una bata blanca y traía una planilla
—Oh, por fin despertó señor ah...— revisó su planilla —Minor
—Doctor, ¿Qué hago?— pregunté
—usted tuvo un accidente de trancito y quedó inconsciente durante toda una semana— me informó
¡¿QUÉ?! ¡¿UNA SEMANA?! ¡¿HE ESTADO INCONSCIENTE DURANTE UNA SEMANA?!
Las imágenes del accidente comenzaron a llegar y recordé todo, recordé a dónde íbamos y por qué chocamos
¡LIZ!
La recordé, estaba tan linda ese día, traía puesto un vestido rojo y unas zapatillas All star negras
¡OH DIOS MÍO! ¿DÓNDE ESTÁ LIZ?
—Doctor yo estaba con una chica, era morena y mediana ¿Sabe si ella está aquí?— pregunté
—oh, la señorita West, si ella está en el piso de abajo, su habitación es la número seis— dijo
Me senté de repente en la cama y sentí un dolor increíble en mi entrepierna, a lo que me retorcí
—¡Auch!— me quejé
—Señor Minor, usted no podrá caminar por un mes entero, al impactar contra el otro auto, un trozo de vidrio se le clavó en los testículos. Lastimosamente usted no podrá reproducirse— dijo el doctor
—¿Qué?— pregunté sobresaltado
Es que si tenía planeado tener hijos
—lo que escuchó, lo lamento mucho— susurró
Mis ojos se abrillantaron, luego recordé a Liz
—am... ¿Hay alguna silla de ruedas que pueda utilizar? Necesito ver a mi amiga— dije
—si, en seguida le traigo una— dijo el doctor saliendo de la habitación
Al minuto el doctor volvió a entrar, esta vez, con una silla de ruedas
La colocó al lado de la cama y yo me subí en ella
—¿Sabe cómo manejarla?— me preguntó el doctor