Lucía no se enamora,¿Recuerdas?

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11 de Enero
Llevo dos días de clase y Dani no se ha dignado a mirarme, sigue saliendo con Lucía, que para no buscar pareja justamente este le está durando demasiado. Por otra parte, Nacho sí que me mira, y yo no me quedo corta pero no puedo empezar una relación, por ahora amigos.
Lucía se acerca a la hora del patio,
-Oye guapa, ¿hablamos a solas?
-Claro, vamos a dar vueltas.
-Tengo miedo, Dani está empezando a gustarme de verdad... Y nunca había sentido esto.
¿Lucía Santos gustarle alguien? ¿Gustarle Dani? ¿Gustarle mi Dani?
-No puede ser, Lucía no se enamora, Lucía controla la situación ¿Recuerdas? (digo yo intentando esconder mis ganas de llorar).
-Ya lo sé, por eso te pido consejo... ¡Eres mi mejor amiga!
Uf difícil posición, por una parte la de mejor amiga, la quiero y por eso debería decirle que se relajara y se dejara llevar, que el amor debe ser bonito, y más si es con él. Por otro lado, la posición de despecho me dice que le tendría que decir que lo dejara, que ella no era de ataduras, y que Dani no sería la mejor influencia (por una parte cierto, ya que nunca está metido en buenos rollos). Pero finalmente opto por la de amiga.
-Lucía, tú solo tienes que hacer lo que sientas en cada momento, no es malo enamorarse. Algún día te tenia que ocurrir... Así que tranquila.
-Eh eh eh, ¿Quién ha dicho enamorarse? Yo he dicho que me gusta jajaja, pero sí, voy a hacerte caso, gracias, por eso te quiero. ¡Siempre estás ahí!

Y antes que le pudiera decir "De nada" ya había corrido hasta donde estaba Dani con sus amigos, y por cierto, donde estaba Nacho. Quien me miraba de reojo y cuando alzo la mirada suelta un guiño sutil; ¿Este niño no se cansa? Ahora que tampoco está tan mal... Tiene razón Alejandra casi que me merezco una alegría, pero giro la cabeza treinta grados y veo a los dos tortolitos. Uf que asco, ya se me han quitado las ganas de todo. Paso por delante de ellos medio llorando, medio cabreada.

Suena el timbre de clase, y Lidia, mi compañera de mesa no ha venido. Mejor, así puedo pensar. Aparece Dani por la puerta, ¿Por qué me mira?; ¿Dónde va?; ¿Por qué se dirige hacia aquí?

-Oye señorita, ¿Su compañera ha venido?
Él tan payaso como siempre y casi sin querer empiezo a reírme, ¿Cómo lo hace?
-Pues no, la verdad es que no.
-Bueno entonces ya tienes un compañero nuevo, ahora bien, como me pegues la paliza hablando veras tú ¡eh!
-Mira bonito, que nadie te ha obligado a sentarte aquí, así que si no quieres... Puerta.- contesto con chulearía, para intentar picarle.
-Uy bonito, como le diga eso a Lucía se va a enfadar...
Ya está, me ha cambiado la cara por completo, a la mierda el juego, a la mierda él y a la mierda todo. No contesto, y la lágrima que sin querer sale por mi mejilla lo dice todo.
Él tampoco, solo observa y permanece callado, a mi lado. Suena el timbre y salgo corriendo de clase. Necesito respirar y por suerte o desgracia sin querer, me tropiezo con Nacho.

-Nerea, ¿estás bien?
-Sí, tranquilo solo quiero salir a tomar el aire.
-¿Quieres que te acompañe?-Dice él con tono amable.
-Gracias pero no, prefiero estar sola.
-De nada guapa, y ya sabes si necesitas algo, solo llámame.
Le sonrío y continuo con mi camino.

13 de Enero
Todo el mundo se alegra que llegue el viernes, pero que sea Viernes 13, no me hace mucha gracia. Llego a clase, primera hora, todo muy tranquilo, sin Dani todo está mejor. Él sigue con Lucía. Y Nacho... Ese niño es perfecto, no parece ni amigo de Dani, él es atento, cuidadoso, saca muy buenas notas y intenta no meterse en líos. Lo único que les une es el deporte, los dos juegan a fútbol en el mismo equipo, los dos defensa. La verdad es que, después de dos semanas y media de relación, he decidido olvidarme y pasar de ellos. Quizá le dé una oportunidad a Nacho, se nota que al chico le importo. Voy a hablarle.

Le envío un mensaje: "¡Nacho!"
No me contesta, suponía que estaba en clase atendiendo, pero a los cinco minutos mi móvil vibra. (Menos mal, había quitado el sonido).
-Hola guapa, ¿qué tal?
-En clase de física y química no se puede estar bien jajaja, ¿y tú?
-En mates, pero a mi sí que me gusta, si quieres te ayudo.
-Yo creía que el chico bueno no miraba el móvil en horas de clase.
-Y no lo miro, pero a ti te tenía que contestar.
Ay que mono, uf Nerea no te emociones, luego pasa lo de su amigo y mira, por tonta.
-No estaría mal que me ayudaras, ¿quedamos al salir de clase?
-Vale, nos vemos en la cafetería de delante del instituto.
-Perfecto, adiós, te dejo atender.
-Adiós, ¡un abrazo!

Ya no contesto, sienta bien ser alguna vez la que hace eso. Suena el timbre y con él llega Dani.

-Hola Nereita, me siento aquí contigo ¿vale?
Preferiría que no, pero no puedo decírselo aún me importa mucho y una oportunidad así, ¡no la rechazo!
-Vale, pero hoy no me hables, no estoy de humor.
-ATENCIÓN TODA LA CLASE: ¡NEREA NO QUIERE HABLAR!
-¡Cállate imbécil!-Y empiezo a reírme.
-Ves, te has reído, ya no estás enfadada, ¿a qué no?
-Sí, sí que lo estoy.
-No, porque sabes que conmigo no puedes enfadarte, soy demasiado adorable.- Y pone cara de niño bueno.
Solo sonrío, no puedo negar lo evidente, no me puedo cabrear con él.
-Bueno y ¿qué es eso que te tiene tan malhumorada?
-¡Que nada me sale bien!
-Eso no es así, yo sigo hablándote.
-Uf niño, ¿siempre tienes que ser tan egocéntrico?
Me giña el ojo y suena el timbre. Ahora educación física, luego castellano, patio, inglés, sociales y para casa; siempre la misma rutina. Durante el resto del día no he vuelto a hablar con Dani, menos mal. Ahora a comer y luego a estudiar con Nacho, tengo ganas, me apetece y no poco.

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