Capítulo 3.

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Querido amigo:
Escribí y escribí solo para no morirme. Y así nos alejamos, creyendo, amarnos nos empezamos a distanciar,  ahora cada quien está por su lado, quizá extrañándonos a lo lejos, hundiéndonos en el orgullo, tratando de ser fuertes, nos convertimos en cobardes...
Y podría escribir muchas mentiras, pero me han educado para decir siempre  la verdad, aunque me cueste.
Al final los recuerdos golpean y desarman de un tiro, los recuerdos nos disparan de frente y las fotografías empiezan a surgir en mi cabeza,  pasan como en una película todos nuestros momentos, de una forma u otra el cerebro nos hace añicos y nos volvemos vulnerables, llega un momento en el que la ausencia es tan desmesurada que nos bloqueamos, hacemos todo con tal de seguir y no nos damos cuenta que al querer volver a intentarlo, algo se empieza a romper, llega un punto en el que hay que decidir si detener el dolor o dejar que siga doliendo

Con mucho cariño,
Rooney.

También sueño, también soy humano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora