No podía seguir viendo esto más, no quería seguir reviviendo la misma escena de siempre. Me incorporé rápidamente en mi cama tocando mi cara, estaba sudada y estaba llorando.
La pesadilla de siempre me perseguía sin dejarme dormir. La muerte de mis padres me perseguía.
Rendida sin poder volver a dormir otra vez, opté por levantarme. Al tocar el frío piso se me erizó la piel haciendo que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza, empecé caminar esquivando cajas y una que otra prenda de ropa en el suelo, cuando llegué al baño, me lavé la cara, los dientes y termine duchandome.
Ya lista llamé a mi Tío Theo: un tono, dos tonos, tres tonos, y cuando estaba apuntó de rendirme contestó:
-Dime que es importante porque necesito dormir para ser hermoso-reí levemente ante su comentario.
-Perdón enserio, es sólo que no podía dormir y me preguntaba a que hora pasarías por mi para ir al aeropuerto.
Un silencio, supuse que se estaba fijando en la hora.
-Dentro de 30 minutos peque, desayuna y te quiero en la puerta de tu casa a las 9 en punto, luego te ayudaré a llevar las cajas restantes al auto, tus otras cosas me confirmaron que ya estaban en Australia.
-Muy bien, nos vemos dentro de media hora entonces-colgué.
Baje hacía la cocina, la casa se veía tan vacía, sin muebles, sin adornos, sin ellos, los extrañaba y mucho.
Cerré rápidamente los ojos impidiendo el paso a lágrimas que amenazaban con salir, debía ser fuerte. Después de estar un tanto más calmada, llegué a la mesa de mármol de la cocina viendo un bol, una caja de leche y unos cereales con una nota a la par: "No te atragantes, se que son tus favoritos. Te ama: Tu Tío más guapo de todos. PD: Soy tu único Tío."
Deje escapar una pequeña sonrisa de mis labios, Dios este tipo me hizo la mañana.
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Ayude a mi Tío a meter las últimas cajas en la cajuela del carro para volver a entrar a mi casa una última vez, respire hondo, viendo detalladamente cada esquina de la sala, como si nunca la volviera a ver. Pude sentir una mano posar en mi hombro y no hacía falta girarme, sabía que era Theo.
Ya listos nos adentramos al auto seguido este empezó a avanzar.
-Hay algo que no te he preguntado, ¿dónde y con quién me voy a quedar?
-Uno de mis mejores amigos tiene una pequeña casa en Australia, decidí enviarte allá para alejarte un poco de todo esto, para que respires aires nuevos además de que la tengo mucha confianza al tipo ese.
-Yo no le llamaría confianza decirle "tipo ese".
-Bueno ya tu me entiendes, ahora bajate que ya llegamos.
Y tenía razón, estábamos frente a la entrada del aeropuerto. Bajé mis maletas o mejor dicho maleta ya que no tenía tanta ropa, y me adentré al aeropuerto.
Con mi tiquete en mano, busque rápidamente la puerta para abordar, ya que llegamos precisamente 15 minutos antes, cuando finalmente la encontré, giré sobre mis talones para encontrarme a Theo.
-Aww peque voy a extrañar tu pequeño trasero en mi sillón todos los días-dijo el susdicho envolviendome en un gran abrazo.
-Yo también Tío Theo, prometo venir a visitarte y mandarte mensajes, te quiero y gracias por todo lo que has echo por mí.
Besó mi frente para luego alejarse; agarré la perilla de la maleta y la balances para llevarla arrastrada mientras pasaba el tubo ese raro que conectaba al avión, donde un señor de unos 40 y tantos años me regalaba una dulce sonrisa.
Me ubiqué en mi asiento, me puse los audífonos y en el momento en el que el avión despegó, caí en los brazos de Morfeo.
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-Niña, tienes que despertar.
Nunca les dije que odiaba que me despertaran? No? Bueno ahora lo saben y...un momento está vieja con tetas de silicona me acaba de llamar niña?
-A quién le dices niña? Tengo 18, se que mi cuerpo no muy desarrollado aparente eso pero que bah.
La aeromoza me miraba con una chispa de diversión en sus ojos haciendo que mi enfado aumentara.
-Lamento si te falta el respeto, pero venía a informarle que el avión aterrizó hace 10 minutos.
Mis ojos se abrieron como plato de par en par. Me paré fugazmente haciendo que me golpeace con el pequeño techo del avión, hagarré mi maleta y me encaminé a buscar algún cartel con mi apellido o algo, hasta que divicé uno que tenía mi nombre mal escrito. Me paré frente al señor que sostenía este y supuse que está debería tener unos 33 o 34 años como mi Tío. Me regaló una dulce sonrisa y me dijo que la siguiera, Santa Madre me van a robar.
Me subí al auto y el hombre sin pensarlo dos veces arrancó el auto. El tipo este se llamaba Alexander y me contó que era representante de una disquera, que tenía una esposa llamada Amber y una niña de 3 años llamada Sophia.
Cuando el auto frenó, mi mandíbula calló literalmente al piso, salí del auto en estado de shock mientras que Alex, see suena bien, pasaba a mi par haciendo una burla por mi cara.
-Cierra la boca que luego te tragas algo- dijo este para luego entrar a la gran mansión que se encontraba al frente.
Era hermosa, blanca, con grandes ventanales, y las puertas eran gigantes, de madera de roble. Tragué saliva y seguí a Alexander.
Cuando abrió la puerta de la casa pude escuchar un golpe en seco con un quejido después:
-¡ROBERTA JAMONES, DONDE PEPINOS METISTE MIS CALZONSILLOS DE TUCANES!
-CLIFFORD DEJA DE PICARME CON UN MALDITO TENEDOR EN EL TRASERO.
-Yo tenía un hámster que se llamaba Rodolfo, un día le di un chicle para que hiciera bombitas y se ahogó.
Después de ese comentario hubo un silencio y luego cuatro miradas se dirigieron hacia mí, los cuatro hicieron una fila horizontal y se presentaron:
-Hola soy Calum.
-Luke.
-Ashton.
-Michael.
---------------------------------------------------------Bien este sería el primer capitulo, es un poco corto pero esto de escribir es nuevo para mí, espero les guste y porfa agradecería montones si ustedes votan y comentan, corrijan mis errores y digan que les gustó y que no, también me encantaría que me dieran consejos y pues es eso.
Se despide
~Naza~
