Prólogo

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De depende me dieron ganas de escribirte, de contarte muchas cosas, de decirte aquello de lo cual nunca tuve oportunidad y nunca la tendré más que por medio de desahogarme sabiendo que esto no lo leerás, escribiendo algo que pocas personas podrán entender y apreciar, pero no lo hago por ello, solo por tratar de redimirme y quitarme cierto peso con el que cargo, con ánimos de redactar algo que supongo hubiese sido de tu placer pues me conocerías y sabrías que habría detrás de mí, cuando me conociste y solo sabías que era tu nieto sin poder entender más, por dónde empiezo, quizás de mis últimos recuerdos como niño o por donde mi mala redacción y mi propio entendimiento me lleve, no lo se, no desesperes, pues suena poco pero vaya 17 años:

Querido viejo:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora