4.

12 2 0
                                    

Que ávido lector, que alma de poeta tenias y de eso no había duda, a pesar de las circunstancias siempre te mantuviste informado a toda costa, aunque después  solo fuese por medio de los titulares porque ya no pasabas de allí, se te olvidaban más rápido las cosas, cada vez más y más, pero jamás lo abandonaste hasta el final todavía seguías leyendo lo que podías y cuando estábamos cerca lo hacías en voz alta,  y porque me acuerdo de todo, porque antes cuando estabas mucho más lúcido ibas todos los días por tu periódico al puesto que estaba siempre en la esquina, comprabas siempre el universal, un día me pediste que te acompañará, y lo hice con gusto, no recuerdo si platicamos algo o si sólo caminamos pero es otro de esos grandes recuerdos que llevo en mi corazón, tan solo por el hecho de extrañarte y querer vivir de mis memorias y pensar que te estoy viendo otra vez.

Querido viejo:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora