Me costó, pero aprendí.
Aprendí que no tengo por qué gastar mi tiempo con gente que no lo vale, o que no lo aprovecha. Aprendí que tengo que saber bien a quién le estoy confiando algo privado, porque después se caga en mí y lo difunde sin importarle lo que siento.
Aprendí que no tengo que desvalorizar lo que ya tengo, porque siempre que lo necesite va a estar ahí. Aprendí que los verdaderos amigos son los que están en las buenas, en las malas y en las peores, incluso cuando no tienen por qué hacerlo, o algo más importante que demanda su tiempo.
Aprendí que las personas van y vienen en la vida, y que si una se va, probablemente fue porque no tenía por qué ocupar un lugar en mi vida.
Aprendí que las sorpresas pueden llegar en cualquier momento, y que si uno las mira con los mejores ojos pueden tener mucho más de lo bueno que de lo malo.
Aprendí que si necesito un abrazo o consejo o simplemente una mirada tranquilizadora, mis viejos y familia están ahí siempre para hacerlo desinteresadamente.
Aprendí que a las cosas poco importantes no tengo que prestarles atención, porque me amargan en vez de favorecerme.
Aprendí que no tengo que escuchar rumores, o creer todo lo que oigo, porque, mayoritariamente es como un teléfono descompuesto, la información siempre llega distorsionada o confusa, y puede que nos lastime, confunda, o hasta ponga de malhumor o mala gana.
Aprendí que si se habla de mi, o de mi vida, se puede decir todo lo que se quiera, porque es suficiente para mí saber quién soy, qué hago, por qué lo hago y con qué finalidad, y no es necesario darle explicaciones a nadie. Si se tiene alguna duda, se me pregunta, no se anda de querusa por atrás mío. Yo tengo la versión original, ¿tanto te interesa? venite, no tengo drama en responder.
Aprendí que aprender no solo es alimentarse psíquica y moralmente, sino que aprender es crecer, como persona, como humano.
Aprendí que todos los días se aprende, y que por eso siempre hay que mantener la mente abierta, dispuesta a recibir un aporte, por más mínimo que sea.
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Planteos de una adolescente
РазноеMuchas veces los adolescentes creemos que no somos escuchados o símplemente no somos entendidos por los adultos de la sociedad. Quizá , después de todo , somos aquellos que pasamos por infinidad de situaciones las cuales nos hacen ser quienes somos...