V. Choi Minho

1.1K 130 10
                                    

Era un oscuro día, por lo que recuerda. Su mirada estaba fija hacia las nubes grises cubrían el cielo, parecía que pronto llovería. Aquel azabache de piel morena yacía acostado sobre el césped que cubría una pequeña colina detrás del instituto, siendo este su lugar favorito para descansar a la hora del receso.

-¡Hey! ¿Ya vieron a Kim? Ese nerd se ha vuelto fastidioso.

-¿No será porque saca mejores calificaciones que tú?

La paz que lo envolvía fue invadida por escandalosas risas de un grupo de niñatos de su grado.

-¿Podrían callarse, idiotas? -se quejó sin inmutarse.

Cerró sus ojos fuertemente para volver a sentir esa tranquilidad, pero al parecer no era su día.

-¡Vamos, minho! No seas aburrido. ¡Oigan! Adivinen que traje para distraernos -exclamó con emoción uno de sus compañeros.

-¡La revista playboy!

Minho no era una persona con mucha paciencia, y el hecho que hayan invadido su privacidad lo había molestado, ahora mucho más. Se levantó rápidamente para ver a los miembros del grupo. Los tres chicos se quedaron sorprendidos cuando les arrebató la dichosa revista, enrollándola para golpearlos a cada uno en la cabeza.

-¡Qué haces! -gritaron a unísono.

-Me llevaré esto como sus disculpas por interrumpirme.

Sonrió maliciosamente antes de irse. Minho escuchó toda clases de maldiciones mientras caminaba, no entendía como esos chicos les encantaba ver ese tipo de cosas.

Se dirigía al baño caminando tranquilamente cuando al girar en otra dirección tropezó contra un estudiante haciendo que el chico y sus libros cayeran al piso. Recalcó el hecho de que definitivamente no era su día hasta que se dio cuenta de quien se trataba.

-Di-Disculpa, no fue mi intención. Yo...

Las palabras del chico fueron interrumpidas por el objeto en sus manos, abriendo sus ojos exageradamente y provocando una pequeña risa en minho.

-¿Te asusta ver a una mujer desnuda? -rio divertido, mientras se inclinaba para ponerse a su altura, recogió la revista y se la mostró al chico- ¡booo!

-No es gracioso.

Minho bufó por la seriedad de aquel muchacho. Mientras él recogía sus libros, minho recorrió con su mirada el rostro ajeno; aquella línea de la nariz, mejillas algo abultadas, labios esponjosos con un color rosa pálido, pero lo que más le llamó la atención fueron sus ojos.

Tuvo la oportunidad de ver el brillo en ellos cuando le entregó el último de sus libros. Ambos se levantaron rápidamente aun sosteniendo el libro, minho parecía estar hipnotizado con sólo haber cruzado miradas con él.

-Me das el libro, ¿o vas a seguir babeando?

Pero todo lo bonito que creía ver en él se esfumo cuando su expresión cambió completamente a una muy seria y aterradora. Su piel se erizo cuando notó que aquel brillo había desaparecido, obligándolo así a soltar el libro.

-Ten cuidado en la próxima, nerd. -le advirtió al chico.

Ese día, lo recuerda a la perfección. Sungkyu fue burlado muchas veces por sus compañeros sin razón y Minho se encontró observándolo a lo lejos, preguntándose por qué no se defendía, cuando en su lenguaje corporal todo mostraba lo mucho que se contenía.

Minho jamás se había interesado en las cosas o las personas a su alrededor además de su familia. Pero en un segundo encuentro con Sungkyu, golpeando con todas sus fuerzas su pecho mientras lloraba a escondidas en el baño del instituto, fue lo que cambio a ese minho.

ERASEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora