-¿No es bonito? El sufrimiento de cada uno de ellos... ¡Ah, el dolor! Es tan especial... Sin duda un sentimiento curioso, no hay nada más divertido que ver las reacciones de cada ser diminuto como tú. Sois tan inocentes. ¡La vida es fácil! Pero sois demasiado débiles... A la mínima que...
-¡Cállate!
-Uhm... -Se echó a reír- ¡Por favor! ¿He hecho algo que le ha molestado?
-¡Cállate! ¡Cállate! No tienes ni la mínima idea.
-Te equivocas, aquí sois vosotros los que desconoceis la vida. ¡Tan sólo observad! ¡Mirad a vuestro alrededor! Allá donde mires encontrarás belleza. ¡Todo es belleza! ¿No crees? Sois tan adorables. Os halláis ante un mundo que no lográis comprender, lleno de gente que, irónicamente, también hace un esfuerzo para lograr comprenderlo, para ser feliz. No sabéis bien cómo interactuar entre vosotros. Os caéis tantas veces... ¿De verdad creéis que estaría bien vivir sin sufrimiento? Idiotas. Sin mal no existe el bien, ni hay luz sin oscuridad. Es tan bello... Sois como orugas que nunca salen de sus crisálidas, y tan sólo os invade la ilusión de estar batiendo vuestras alas de mariposa. No busquéis la felicidad eterna, pues no existe. Disfrutad de cada vez que podáis volar, y olvidad que, en algún momento, y sólo probablemente, caeréis. Pero del mismo modo que os caéis, deberíais ser conscientes de que volveréis a danzar con el viento.
-¿De verdad? Imbécil. No puedo creer que digas esas malditas tonterías...¡No es fácil! Todo es horrible. Esto...esto no está bien, no merezco sufrir. ¡Es una mierda! ¡No sabes por lo que he tenido que pasar yo! No me compares con ellos, son estúpidos. ¿No los has visto? Todos ellos llevan máscaras que cambian con distintas personas. Muestran todo lo contrario a lo que sienten y luego se destruyen entre ellos. Tsk. Todos desean la verdad pero no hacen más que mentir, todos ellos quieren su propia paz mientras les provocan conflictos a otros. ¿Son justos ellos? No, no lo son. Jamás dejarán de anteponer sus beneficios propios, porque son y siempre serán egoístas.
Vete. Vete o te acabaré matando.
-¿Y por qué no lo has hecho ya? Ni si quiera me has intentado encontrar.
-No puedo matar a alguien que se esconde todo el tiempo.
-No, te equivocas. No me estoy escondiendo, pues yo, no existo.
