Capítulo 4: Presentación

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*Megan*

Durante un corto tiempo se hizo el silencio, paz, mientras nos mirábamos mutuamente. Él todavía parecía distraído. Me hubiese gustado tener un espejo para estar segura de que una espinilla no me había crecido en la frente o de que mi cabello no se habia despeinado. ¿Por qué no estaba besándome, o tomado mi mano, diciendome que estaba feliz de haberme encontrado, o algo?

De repente se dio la vuelta, dejando caer su cigarrillo mientras se alejaba. Di unos pasos hacia donde había estado y rápidamente me agaché para recogerlo. No podía haber basura en mi playa.

"Espera." Llamé después de él mientras recogía mis zapatos, ponermelos haría  que tardara mas en seguirlo.

Lo alcancé sólo porque se había detenido en la puerta, en la que había pasado unos minutos antes.

"¿Cuál es tu nombre?" Preguntó mientras se volteaba hacia mí, con la mano en el pomo de la puerta.

"Megan." Dije, sintiéndome sin aliento. Y no a causa de que corri desdela playa, sus ojos eran tan verdes y la cosa de el vínculo me hacía sentir mareada. Como si alguien me hubiera quitado el equilibrio, estaba tan confundida. ¿Que era la tierra, que era el cielo?

"Espera, ¿cuál es tu nom-" Comencé pero él había salido por la puerta, dejándome atrás. Tragué saliva tratando de ignorar lo mucho que me dolía su falta de atención, antes de seguirlo a la casa.

En la cocina, mi padre y el lobo de antes, el que tiene el rostro de un dios, estaban esperando. Como si supieran lo que había pasado y estaban esperando que nosotros entraramos.

"Alfa de los Alfas," mi compañero dijo, acercándose a mi padre, agachando la cabeza como símbolo de respeto. No estaba segura de lo que estaba pasando, pero me di cuenta de que si mi padre estaba allí nada malo podría suceder, y nosotros hubiéramos tenido que hablar con él de todos modos. Solo que me habría gustado haber hablado con mi pareja a solas, antes que con mi padre.

"James", dijo mi padre hacia mi compañero, dándole una pequeña reverencia. Eso fue sorprendente, porque mi padre no le hacía reverencias a cualquiera. Por lo menos yo nunca lo había visto hacerlo antes.

Despues mi padre se volteo hacia mi, "¿Tu pareja es un guerrero?" preguntó, se veia preocupado y algo decepcionado.

"No", conteste perpleja. Mi pareja, James, no era un guerrero. No podía. "La clase de los guerreros no puede ser pareja de... eh..," buscaba la palabra adecuada, ¿Lobos normales? ¿Lobos regulares? ¿Lobos reales? Al final me decidí por, "nosotros."

"Eso, en realidad no es cierto," el otro lobo en la habitación, el señor cara de dios, que todavía me tenía que dar su nombre, dijo. "Solíamos aceptar compañeras de clase normal en nuestra manada, aunque preferimos mujeres con sangre guerrera, o real. Pero como la mayoría de la realeza ya no existe, esto es muy emocionante."

"¿Por qué emocionante?" No pude evitar preguntar, al mismo tiempo que veia a los tres hombres delante de mi en la cocina. Ninguno se veía emocionado. La verdad se veían raros alado de la pared amarilla y el tipo de cocina que mi mama tenía. Un dibujo particularmente feo que mi hermana habia hecho, llamo mi atención, se veía tan familiar.

"Han pasado aproximadamente veinte años desde que un guerrero conseguía pareja." Cara de dios sonrío. "Hoy es un gran día, eres la nueva compañera de el Alfa de los guerreros."

The Hard Mate (Incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora